El estudio, dirigido por el profesor Douglas Kennett, de la Universidad de California en Santa Bárbara, y publicado en la revista Nature Communications, examinó específicamente un periodo tumultuoso de declive de la población entre 1441 y 1461 d.C. y determinó cómo se vio afectado por el clima.
Los investigadores examinaron datos arqueológicos, históricos y paleoclimáticos, como registros isotópicos, datos de radiocarbono y ADN recuperado de restos humanos, y combinaron los datos climáticos con el registro de sequías de los depósitos de las cuevas locales. Sus conclusiones mostraron que las luchas civiles aumentaban drásticamente durante los periodos de sequía.
“Las tensiones entre grupos rivales eran una vulnerabilidad social clave en el contexto de las sequías prolongadas durante este intervalo”, dijo Kennett. “El dolor, el sufrimiento y la muerte fueron el resultado de las inestabilidades institucionales en Mayapan y la población se fragmentó y se trasladó a sus tierras de origen en otros lugares de la región”.
Sin embargo, una red de estados mayas fue capaz de sobrevivir al colapso de Mayapan emigrando a otros pueblos y adaptándose a las nuevas condiciones.
“Nuestro estudio demuestra que la convergencia de información de múltiples disciplinas científicas nos ayuda a explorar cuestiones grandes y muy relevantes como el impacto potencial del cambio climático en la sociedad y otras cuestiones con enormes implicaciones sociales”, añadió Kennett.