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Opinión

Narrativas, espectativas y realidades – Por: Allan Ortíz

Tras el triunfo del partido repúblicano en las elecciones del pasado martes, mucho se especula sobre las acciones concretas en la región.

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Narrativas, espectativas y realidades - Por Allan Ortíz

Si bien es cierto que muchas de las expectativas con relación a la promesa de cambios profundos realizada por el Presidente Electo, Donald Trump, también es cierto que dicha promesa ha sido cumplida y prometida durante su periodo anterior como Presidente de los Estados Unidos.

A pesar de las las expectativas que puedan existir por diversos grupos de interés, con relación al rol e intensidad de las intervenciones realizadas por el Departamento de Estado y otras instituciones de inteligencia, apoyo y justicia, también es cierto que existen políticas de Estado establecidas junto con procedimientos e investigaciones, cuyos protocolos exigen un estricto respeto a la norma (El Estado de Derecho), que no permitirán una re dirección súbita o agresiva a favor o en contra de actores cuyos procesos ya han iniciado.

Sin embargo, existe también como una realidad que es el Presidente de los Estados Unidos, el encargado de direccionar la política internacional de su país. Esto quiere decir, que si bien el marco regulatorio de los procedimientos establecidos, deberá superar las directrices del mandatario, también es cierto que es el Presidente el encargado de direccionar de manera amplia los precedentes y línea de acercamientos políticos internacionales.

De esta manera, es importante revisar las que fueron las líneas de ejecución y planificación de dicha política internacional para poder predecir algunas decisiones y direccionamientos. Por un lado en el tema migratorio, si bien es cierto que se reforzaron los límites y accesos para ingresar a Estados Unidos de manera irregular, también es cierto por otro lado que durante el gobierno Repúblicano durante la última gestión de Trump, el número de deportados se redujo con relación a los números de deportaciones durante gobiernos demócratas.

Con relación a la guerra entre Ucrania y Rusia, el Presidente Trump es probable que demuestre una participación política activa, que si bien no promueva activamente el apoyo a Ucrania, busque establecer y facilitar condiciones de negociación política de alto nivel entre ambos países, lo cual puede perseguir encontrar resoluciones de mediano plazo. Este mismo comportamiento, pero de una manera más explícita en conformidad con un apoyo a Israel, se puede esperar también durante su mandato en esa región del mundo.

Con relación a América Latina y Centroamérica, se puede esperar que la política migratoria tome una reforzamiento en términos de limitar el acceso de manera irregular al territorio estadounidense, mientras se revitaliza la lucha contra el narcotráfico y se desarrollen acciones concretas de fiscalización a proyectos y organizaciones que usan el dinero de los contribuyentes estadounidenses en la región.

Sin duda podemos esperar que el Presidente electo protagonice de una manera particular su participación en el concierto de las naciones, pero también sería erróneo esperar que dichas acciones permitirán a grupos de interés particular de manera arbitraria, pues la política de Estado prevalece en dichos términos.