Huracán Erick: Guatemala bajo lluvias pese al alejamiento del fenómeno

El huracán Erick, actualmente ubicado a unos 400 kilómetros al suroeste de San Marcos, Guatemala, continúa generando efectos indirectos sobre el país, a pesar de su desplazamiento hacia el noroeste. El fenómeno meteorológico, que evolucionó de tormenta tropical a huracán, no impactará directamente el territorio guatemalteco, pero su influencia sigue provocando fuertes ingresos de humedad desde el Océano Pacífico.

Boletín del Insivumeh ante el huracán Erick

Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), este ingreso de humedad genera condiciones propicias para nubosidad persistente y lluvias moderadas a fuertes, con posible actividad eléctrica, especialmente durante las tardes y noches.

Las regiones más afectadas por estos efectos son la Bocacosta, el Sur del país, la Franja Transversal del Norte y el Occidente, donde se prevén acumulados de lluvia significativos. En estos sectores existe un mayor riesgo de inundaciones, crecidas súbitas de ríos, movimientos en masa y laháres en las cercanías de la cadena volcánica.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) también mantiene vigilancia sobre Erick, aunque su trayectoria se aleja de las costas centroamericanas. Aun así, Guatemala se mantiene bajo condiciones típicas de la temporada de lluvias, agravadas por la saturación de suelos, especialmente desde el sur hasta el altiplano central.

Conred brinda recomendaciones

Ante este panorama, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) recomienda a sus delegados y a la población en general mantenerse informados a través de boletines oficiales. Además, insta a extremar precauciones, sobre todo en comunidades costeras del Pacífico, donde se podría experimentar un aumento del oleaje y fuertes vientos.

Conred también ha emitido alertas por la posibilidad de afectaciones en la infraestructura vial, particularmente en zonas con suelos inestables. El monitoreo constante de las condiciones meteorológicas y la atención a los avisos de las autoridades locales son claves para reducir riesgos.