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Extorsiones, zonas rojas y horas críticas: así golpea el delito en Guatemala

En Guatemala, el crimen no duerme y ya tiene marcado su territorio. El último reporte de Club Seguridad dibuja un mapa preciso de zonas rojas, horarios críticos y víctimas, con un dato que alarma: las extorsiones ya no solo tocan a comercios y transporte, ahora también llegan a los hogares.

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La violencia en Guatemala no ocurre de forma aleatoria. Tiene un mapa definido, horarios críticos y hasta un perfil claro de sus víctimas. Así lo revela el Reporte de Incidencia Delictiva – julio 2025, elaborado por Club Seguridad, que coloca a las extorsiones como el delito con mayor incidencia en lo que va del año y expone patrones sobre dónde y cuándo es más probable ser víctima de un hecho criminal.

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Extorsiones en aumento

En lo que va del 2025, el país acumula 15,229 casos de “extorsión a residencias”, una categoría que agrupa las denuncias de extorsión dirigidas directamente a viviendas. Este tipo de delito se ubica como el de mayor incidencia entre todos los monitoreados por la organización.

El informe también detalla que las áreas urbanas concentran el 63.1 % de la criminalidad registrada, frente al 36.83 % en áreas rurales. Por departamentos, Guatemala lidera con 3,490 hechos, seguido de Escuintla (645) y Chimaltenango (332).

Horarios más peligrosos

El análisis por franjas horarias señala que el período más riesgoso es de 12:00 a 17:59 horas, con 1,674 incidentes reportados. Le sigue el bloque nocturno de 18:00 a 23:59 horas, con 1,299 casos.

Perfil de las víctimas

Del total de denuncias, el 63 % corresponde a hombres y el 37 % a mujeres. El grupo etario más afectado está entre 26 y 35 años, una franja de edad que combina alta movilidad, actividad laboral y mayor exposición en el espacio público.

Una amenaza que llega a los hogares

Las extorsiones no solo afectan a comercios y transportistas; el reporte advierte que ahora también se focalizan en residencias, generando una creciente sensación de inseguridad dentro de los propios hogares. Este cambio preocupa a analistas y autoridades, ya que refleja que las redes criminales diversifican sus blancos y métodos.

Datos de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Instituto Nacional de Estadística (INE), analizados por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), confirman la tendencia: de enero a junio de 2025 se reportaron 14,014 denuncias de extorsión, con un pico de 2,713 en mayo y un ligero descenso a 2,216 en junio. Aun así, la tasa interanual se situó en 151.6 por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de los últimos años.

Dónde se concentra el problema

El patrón territorial muestra que la mayor parte de los delitos ocurre en zonas urbanas, especialmente en el área metropolitana de Guatemala. Esta concentración coincide con otros indicadores de violencia —como homicidios— que también ubican al departamento capitalino, Escuintla y Chimaltenango como puntos críticos.

Con picos de actividad criminal en horas clave de la tarde y noche, un perfil predominante de víctimas jóvenes adultas y una alta incidencia en áreas densamente pobladas, el panorama exige que las políticas de seguridad prioricen la focalización territorial, inteligencia criminal y control financiero. Solo así será posible debilitar las estructuras detrás de las extorsiones.

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