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La postura de los BRICS ante el conflicto en Oriente Medio
Oponer un contrapeso al dominio occidental: ésta ha sido, desde su origen, una de las prioridades de los países del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Cuando se trata de la guerra entre Israel y la organización islamista militante Hamás, predominan las posturas críticas con Israel.
“Puede reconocerse una clara línea divisoria entre el Sur Global y Occidente”, explica el politólogo Stefan Kroll, del Instituto de Investigación para la Paz de Frankfurt, en entrevista con DW. Esto también puede apreciarse en el hecho de que se instara a Israel a cumplir el derecho internacional humanitario.
Entre los BRICS no aparece una formulación sobre el derecho de Israel a defenderse, el argumento en que se centran, por ejemplo, la postura alemana o la estadounidense. “Pero no existe una posición común oficial como BRICS”, afirma Kroll. Existen algunos matices entre las posiciones nacionales y los intentos regionales de mediación.
Las relaciones entre Brasil e Israel son especialmente tensas actualmente. En una conferencia de prensa en la capital etíope, Adis Abeba, el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, calificó de “genocidio” las acciones de Israel en la Franja de Gaza y estableció una comparación con el Holocausto. Israel declaró inmediatamente al presidente brasileño “persona non grata” hasta que se disculpe.
En el pasado, Lula había condenado el ataque terrorista de Hamás contra Israel en octubre, había pedido el fin de la violencia y había exigido una solución de dos Estados. La Unión Europea, así como Estados Unidos, Alemania y otros Estados, clasifican a Hamás como organización terrorista. Mientras tanto, Brasil se ha puesto claramente del lado de los palestinos. El país también apoyó la demanda de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
A principios de la década de 2000, alrededor de un millón de los 6,2 millones de habitantes de Israel procedían de la antigua Unión Soviética. Muchos de ellos son predominantemente rusoparlantes. Según un análisis del centro de pensamiento estadounidense Brookings, el presidente ruso Vladimir Putinconsideró durante mucho tiempo que éste era un vínculo eficaz en las relaciones entre Israel y Rusia. Putin también mantuvo en su día estrechas relaciones con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Sin embargo, los comentarios antisemitas de Putin, incluidas las reuniones con representantes de Hamás, enturbiaron repetidamente la relación entre ambos países. El Kremlin también mantiene estrechas relaciones bilaterales con Irán, cuyos aviones no tripulados se utilizan en la guerra de Rusia contra Ucrania.
“India es una clara excepción entre los países BRICS”, explica el politólogo Ben Dubow, investigador principal del Centro de Análisis Político Europeo (CEPA). Especialmente al principio de la guerra entre Israel y Hamás, el primer ministro de India, Narendra Modi, mostró su solidaridad con Israel.
Nueva Delhi mantiene estrechas relaciones económicas con Israel. El país es un importante cliente de la industria armamentística israelí. Sin embargo, el Gobierno indio también está comprometido con la causa de los palestinos. Proporciona ayuda humanitaria en Gaza y sigue comprometido con la solución de dos Estados.
Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, China se ha posicionado como defensora de la paz y ha pedido un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza. Pekín también está a favor de un Estado palestino independiente. No ha clasificado ni a Hezbolá ni a Hamás como organizaciones terroristas.
Esto no cambió ni siquiera después del 7 de octubre. En cambio, Pekín condenó toda violencia. “De un modo sutil, China está del lado de los palestinos”, afirma Dubow. Al mismo tiempo, China está utilizando el conflicto para criticar a EE. UU. y su apoyo a Israel y para presentarse como la antítesis de EE. UU.
Según los expertos, Etiopía, como nuevo miembro de los BRICS, difícilmente estará en condiciones de desempeñar un papel político importante dentro de la alianza, debido al conflicto en su propio país. “Entre Arabia Saudita e Irán, que tradicionalmente ve a Israel como un archienemigo en la región y ve a Hamás como un aliado, podrían surgir conflictos”, dice el politólogo Dubow. En cambio, los jefes de Gobierno de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto se posicionaron claramente contra Hamás, pues “ven el islamismo como una amenaza para su dominio”, evalúa.
“Estos tres países BRICS plus representan su propio patrón”, explica Stefan Kroll. En las últimas décadas, los tres se han acercado también a Israel: “Están más del lado de los palestinos, pero tienen un gran interés propio en mediar”.
Via: dw