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Expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, declarado culpable por narcotráfico
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Luego de dos semanas de juicio, el jurado se retiró el jueves 7 de marzo a revisar meticulosamente cada acusación relacionada con narcotráfico, basándose únicamente en las pruebas presentadas durante el juicio y emitieron su veredicto al tribunal federal.
Hernández, de 55 años, quien sirvió dos mandatos como líder de la nación centroamericana entre 2014-2022, se mostró relajado mientras escuchaba al jurado y le dio una palmada en la espalda al abogado defensor, Renato Stabile, mientras los miembros del jurado salían después de la lectura del veredicto.
Hernández se levantó de su silla y salió de la sala. Antes de hacerlo, se dirigió al público presente, mirando a sus dos cuñadas y les dijo: “Soy inocente. Les quiero mucho, díganselo al mundo”. A las afueras del tribunal hubo júbilo cuando alrededor de 100 opositores a Hernández escucharon la noticia. El juez P. Kevin Castel elogió a los jurados por llegar a un veredicto unánime, necesario para una condena
A Hernández lo acusan de tres cargos: “conspirar para importar cocaína”, que conlleva una sentencia de entre diez años y la perpetuidad; el de “usar y portar ametralladoras y otros dispositivos destructivos” para introducir droga, que se castiga con entre 30 años y la perpetuidad; y el de “conspirar para usar y portar ametralladoras” para la importación de droga, que también tiene una pena máxima de cadena perpetua.
“Es probable que haya una apelación por parte de la defensa. Veíamos a los abogados defensores muy consternados”, comentó la periodista Jennifer Ávila, durante una transmisión en X de Contracorriente, un medio hondureño dedicado a la investigación. La abogada defensora Sabrina Shroff dijo que Hernández apelará la condena.
Juan Orlando Hernández fue arrestado en su residencia en Tegucigalpa, la capital de Honduras, tres meses después de dejar su cargo en 2022 y fue extraditado a Estados Unidos en abril del mismo año. Los fiscales estadounidenses lo acusaron de colaborar con narcotraficantes desde 2004, afirmando que aceptó millones de dólares en sobornos mientras ascendía desde ser congresista rural hasta alcanzar la Presidencia del Congreso Nacional y luego la máxima posición en el país.
Durante su testimonio en el juicio, Hernández admitió que se pagaron sobornos del narcotráfico a prácticamente todos los partidos políticos de Honduras, pero negó haberlos aceptado. Aunque durante el juicio no se presentaron pruebas concluyentes, como videos, audios o comunicaciones interceptadas, que incriminaran a Juan Orlando Hernández, el jurado escuchó los testimonios proporcionados por conocidos narcotraficantes. Estos testigos declararon en su contra después de haberse declarado culpables ante la Justicia estadounidense, presumiblemente en busca de beneficios carcelarios.
El juicio contra Juan Orlando Hernández no sólo reveló su participación en actividades de tráfico de drogas durante varios años, también expuso cómo el crimen organizado se infiltró en las esferas del Estado, incluyendo partidos políticos, instituciones públicas y fuerzas de seguridad.
Los cargos podrían acarrear una pena mínima obligatoria de 40 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua. La sentencia será leída el 26 de junio. Durante su mandato, Hernández se mostró como un aliado de Estados Unidos en la lucha contra las drogas. Incluso, recibió más de 50 millones de dólares en asistencia antinarcóticos y decenas de millones de dólares en ayuda militar y de seguridad, según reporta la agencia Reuters.
Ahora el Departamento de Justicia estadounidense lo acusa de abusar de su poder al aceptar millones de dólares en sobornos de traficantes para proteger sus envíos de cocaína hacia Estados Unidos.
“Juan Orlando Hernández abusó de su posición como presidente de Honduras para operar el país como un narcoestado donde a los narcotraficantes violentos se les permitía operar con virtual impunidad, y el pueblo de Honduras y Estados Unidos se vio obligado a sufrir las consecuencias”, comentó el fiscal general Merrick Garland en un comunicado tras el veredicto. El fiscal federal Damian Williams comentó que espera que la condena “envíe un mensaje a todos los políticos corruptos que consideren un camino similar: elijan de manera diferente”.
Según él, el expresidente “tuvo todas las oportunidades de ser una fuerza para el bien en su Honduras natal. En cambio, optó por abusar de su cargo y de su país para su propio beneficio personal y se asoció con algunas de las organizaciones narcotraficantes más grandes y violentas del mundo para transportar toneladas de cocaína a Estados Unidos”.
Los fiscales alegaron que Juan Orlando Hernández utilizó fondos del narcotráfico para sobornar a funcionarios y manipular los resultados de las elecciones presidenciales de Honduras de 2013 y 2017 a su favor. Por su parte, los abogados de Hernández argumentaron que los fiscales se apoyaban en testimonios de delincuentes que buscaban reducir sus propias condenas y vengarse de la acción represiva de Hernández contra los cárteles. “Yo tenía una política contra toda esa gente porque no los soportaba”, comentó Hernández, refiriéndose a los narcotraficantes. “Hicieron mucho daño al país”, agregó.
El hermano del presidente de Honduras, Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, fue condenado en 2021 a cadena perpetua tras ser hallado culpable en un juicio que, según el fiscal, lo identificó como una figura central en una de las conspiraciones de drogas más grandes y violentas del mundo.
El también excongresista hondureño fue sentenciado en un tribunal federal de Manhattan por el juez federal de distrito P. Kevin Castel, quien también ordenó la confiscación de 138 millones de dólares. Hernández fue declarado culpable en octubre de 2019 de cargos que llevaban consigo una sentencia mínima obligatoria de 40 años de prisión.
El fiscal federal adjunto Matthew Laroche describió los crímenes como “tráfico de drogas patrocinado por el Estado”. Laroche caracterizó a Juan Antonio Hernández como la “figura central de una de las conspiraciones de cocaína más grandes y violentas del mundo”, sosteniendo que durante 15 años impulsó un flujo constante de envíos de cocaína hacia Estados Unidos mediante el pago de millones de dólares a altos funcionarios hondureños, incluyendo a su propio hermano.
Ana García, la esposa de Juan Orlando Hernández fue incluida en la Lista Engel de Estados Unidos debido a su presunta participación en una conspiración corrupta de narcotráfico para facilitar la importación de cocaína a Estados Unidos. La Lista Engel es un listado de individuos que están envueltos, según EE. UU., en actos que amenazan procesos o instituciones democráticas, corrupción o que han obstaculizado investigaciones de corrupción en Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.
Los ex presidentes salvadoreños Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) están incluidos en esa lista. Ambos expresidentes están prófugos de la Justicia salvadoreña y son protegidos por el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.
Via: france 24