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Próxima víctima del régimen ruso en morir en prisión será Vladimir Kara-Murza

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Su condena lo convirtió en el símbolo de la represión del régimen ruso. El 17 de abril de 2023, el disidente Vladimir Kara-Murza fue sentenciado a 25 años en una colonia penal por “alta traición”, después de haber criticado la guerra en Ucrania y predecir la caída de Vladimir Putin.

El activista de 42 años, experiodista, había recibido la sentencia, la más severa decretada contra un opositor del régimen ruso desde hace décadas, como un “terrible reconocimiento”, que confirmaba su lucha política. Un año después, su compromiso sigue intacto. Contactado por France 24, su abogado, Vadim Prokhorov, explica que Kara-Murza pretende reclamar su absolución en una audiencia de apelación, el 14 de mayo en Moscú, con un resultado tristemente previsible.

Vladimir Kara-Murza no esperó a la invasión de Ucrania para oponerse frontalmente a la política de Vladimir Putin. Desde hace muchos años, este intelectual que trastoca todo, desde periodista, autor, cineasta e historiador, trataba de concientizar sobre las derivas dictatoriales del régimen de Moscú, tanto en Rusia como en el extranjero.

Como orador destacado e invitado en numerosas conferencias internacionales, desempeñó un papel fundamental en la aprobación, en 2012, en los Estados Unidos, de la Ley Magnitski, que permite la adopción de sanciones contra los responsables rusos culpables de graves violaciones de los derechos humanos.

Vladimir Kara-Murza trabajó durante un tiempo en la organización pro-democracia Open Russia, fundada por el oligarca en el exilio Mijaíl Jodorkovski, designado como “indeseable” en 2017 por las autoridades rusas. Padre de tres hijos, refugiado con su esposa en Estados Unidos, también fue columnista en el Washington Post.

Doble intoxicación. El recorrido de Vladimir Kara-Mourza es también el de un sobreviviente. En dos ocasiones, en 2015 y 2017, estuvo a punto de morir en Moscú por envenenamiento con una sustancia no identificada, ingresado en cuidados intensivos y pasó varios días en coma. El primero de estos dos episodios se produjo tres meses después del asesinato de su amigo y compañero de lucha Boris Nemtsov, opositor ruso ejecutado a balazos a pocos pasos del Kremlin.

Si bien escapó de lo peor, Vladimir Kara-Murza conserva todavía hoy secuelas de lo que ha denunciado como intentos de asesinato orquestados por el Kremlin. “Los médicos le diagnosticaron una enfermedad neurológica, la polineuropatía, que causa dolor y afecta la sensibilidad de las extremidades”, cuenta su abogado Vadim Prokhorov. “Con tal diagnóstico, no debería estar en la cárcel: necesita caminar mucho, masajes y fisioterapia, lo que es totalmente incompatible con sus condiciones de encarcelamiento”, agregó.

A pesar de los riesgos, Vladimir Kara-Murza decidió quedarse en su país. “Soy un opositor político ruso. Si eso es lo que he elegido hacer con mi vida, entonces mi lugar está en Rusia. No puede ser de otra manera”, declaró en una cumbre celebrada en Ginebra el 8 de junio de 2021.

Según el grupo de derechos humanos Memorial, en Rusia hay actualmente cerca de 600 presos políticos. “Las posibilidades de revertir el veredicto son extremadamente escasas, pero la lucha continúa”, dice el abogado. “Vladimir Kara-Murza es un opositor, no un criminal. Está decidido a utilizar todos los recursos legales posibles para hacerlo saber”, concluyó.

Via: france 24