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El sensible golpe de Ucrania en suelo ruso
Por ahora, Moscú asegura que envió refuerzos y el Ministerio de Defensa indicó el jueves que sus hombres “siguen eliminando” a los atacantes ucranianos en los distritos de Sudzha y Korenevo, y que estaba atacando a los “invasores” con fuerzas terrestres, artillería, ataques aéreos y misiles.
Kiev justificó su acción, que se inició hace cuatro días, al señalar que es una respuesta a la “errónea” consideración de las tropas del Kremlin de creer que pueden atacar Ucrania en impunidad. El Gobierno de Vladimir Putin envía refuerzos, mientras la operación llega en momentos en que Kiev ha estado bajo una fuerte presión en el frente del Donbass, en el este de su nación.
Un sorpresivo avance ucraniano en Rusia, cuyas consecuencias aún están por verse. Desde el pasado martes 6 de agosto el Ejército ucraniano incursionó en Kursk, ciudad fronteriza en el sur de Rusia, pero hasta el jueves el Gobierno de Volodímir Zelenski reconoció y justificó públicamente la ofensiva.
Una acción con la que las tropas de Kiev se adentran con “éxito” en la región. Blogueros militares rusos, considerados fuentes de información de Moscú tras los bloqueos del Kremlin a los medios de comunicación en su país, subrayaron que se registran combates en la carretera al este de Korenevo, unos 20 kilómetros adentro de la parte norte de la frontera.
Además, la parte occidental de Sudzha, aproximadamente nueve kilómetros al interior de suelo ruso, parece estar bajo control ucraniano. Justamente a Sudzha llegaron los militares ucranianos el primer día de su incursión, pero desde entonces parecen haber avanzado por las carreteras hacia el noroeste y el norte de Kursk.
“La falta de una respuesta rusa coherente a la incursión ucraniana en Kursk (…) Y el ritmo informado de avance ucraniano indican que las fuerzas ucranianas pudieron lograr una sorpresa operativa”, señaló el think tank estadounidense.
La ofensiva cobra mayor relevancia al tratarse de la primera acción de estas dimensiones y características en el vecino país desde que el presidente Vladimir Putin ordenó la invasión.
Habían tenido lugar en las cercanas regiones rusas de Belgorod y Bryansk, así como reivindicadas por dos grupos anti-Kremlin: el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la Legión de la Libertad de Rusia, formada por ciudadanos rusos que, aseguran, que han combatido junto a las fuerzas ucranianas.
Las tropas de Kiev reconocen esta vez estar atacando en el territorio del Estado que lanzó la invasión a Ucrania hace más de dos años, en una operación en la que combinan infantería-la fuerza de combate a pie-, vehículos blindados, drones, guerra electrónica y defensas aéreas.
“Todo el mundo puede ver que el Ejército ucraniano sabe cómo sorprender”, afirmó el presidente Volodímir Zelenski el jueves 8 de agosto, en su primera referencia sobre los ataques actuales en Kursk. Por su parte, Mykhailo Podolyak, un alto asesor de la oficina de Zelenski, resaltó que “la causa fundamental de cualquier escalada”, incluida la que ocurre en Kursk, es la “errónea” consideración de Rusia al creer que puede invadir Ucrania con impunidad.
Ucrania remarca un “éxito” inicial, pero aún está por verse una posible respuesta contundente por parte de Rusia. No obstante, Kiev estaría tratando de atraer militares de Moscú a Kursk, lo que apuntaría a debilitar las ofensivas rusas en diversas zonas de Donetsk, provincia perteneciente a la gran región del Donbass, en el este de Ucrania. Precisamente allí los militares ucranianos han estado encarando una renovada presión, ante el aumento de ataques y avances graduales rusos.
Sin embargo, Kiev corre el riesgo de ser aún más superado en número por tropas rusas, a lo largo de la línea del frente, que tiene más de 1,000 kilómetros (620 millas) de largo. Ucrania es un país con 45 millones de personas frente a los 145 millones de habitantes de Rusia. La ley marcial, que impide a los hombres entre 18 y 60 años salir de la nación, y los extranjeros en sus filas no han logrado despuntar frente a esa superioridad del lado ruso.
Rusia ya envió refuerzos e incluso si comprometiera grandes cantidades de militares para estabilizar el nuevo frente de batalla, ese movimiento podría tener poco impacto a largo plazo, dada su enorme magnitud de tropas en comparación con el Ejército de Kiev, aunque el retiro y desplazamiento de tropas rusas desde otros lugares de la guerra también tomaría tiempo.
Sugiere una vez más que las ‘líneas rojas’ de Putin son solo palabras y que Rusia no es tan fuerte como algunos hacen creer”, afirmó Jade McGlynn, experta en Ucrania e investigadora del King’s College de Londres, citada por la prensa británica.
“¿Cuándo será posible llevar a cabo un proceso de negociación de manera que podamos presionarlos u obtener algo de ellos? Solo cuando la guerra no se desarrolle de acuerdo con sus escenarios”, agregó Podolyak.
Ígor Korpunkov, alcalde de Kurchátov, ciudad en la región de Kursk, reconoció la gravedad de los hechos. “La situación es tensa, hay un estado de emergencia en vigor”, señaló el dirigente de la ciudad que, además, acoge una central nuclear. El funcionario llamó a los habitantes a mantener la calma y aseguró que los combates se presentan a “decenas de kilómetros” de Kurchátov.
Un día después, el general Apti Alaudinov, comandante de las fuerzas especiales Akhmat de Chechenia, se convirtió en el primer oficial militar alineado con Rusia en reconocer pérdidas en el Ejército del país tras la sorpresiva incursión de Ucrania. Pero el militar advirtió: "La situación no es irreversible, no ha sucedido nada sobrenatural (...) Sí, nuestros hombres han muerto, eso es un hecho. El enemigo ha entrado en varios asentamientos”.
Via: france 24