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El llamado de Nah: una tortuga que nos recuerda cuidar el mar guatemalteco

En cada rincón de Oceana Resort se respira un compromiso real con la vida marina. Con Nah como guía, el viaje se convierte en una experiencia transformadora donde la belleza natural y la conciencia ambiental caminan juntas.

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Nah es más que una tortuga marina. Es la embajadora de Oceana Resort + Conventions, un resort ubicado en la costa del Pacífico guatemalteco que ha apostado por unir confort, conciencia ambiental y turismo sostenible. Desde que llegó al lugar, Nah se ha convertido en símbolo de conexión con la naturaleza y guía para quienes visitan el resort.

La misión de Nah es clara: inspirar a proteger a las tortugas marinas y su hábitat. Guatemala es uno de los puntos estratégicos en el mundo para la anidación de varias especies de tortugas, como la parlama, la baule y la carey. En las playas del país, estas especies depositan miles de huevos cada año. Pero también enfrentan graves amenazas: pérdida de hábitat, contaminación, pesca incidental y saqueo de nidos.

Ante este panorama, Oceana colabora con el Centro de Conservación Marina AGHN en Santa Rosa, trabajando en la protección de estas especies a través de cuatro pilares clave:

  • Educación ambiental y liberaciones responsables de tortugas recién nacidas.
  • Apoyo a viveros y jornadas para recolección segura de huevos.
  • Promoción de buenas prácticas para cuidar nidos y playas.
  • Sensibilización sobre turismo consciente y sostenible.

Estas acciones se desarrollan todo el año, pero toman fuerza especialmente durante la temporada de anidación —entre mayo y octubre— en playas del Pacífico como Monterrico, Las Lisas o Hawaii. Son zonas donde cientos de tortugas llegan cada noche a depositar sus huevos, guiadas por el instinto y la luz de la luna.

Porque proteger a las tortugas marinas es proteger la vida marina en su conjunto. Son especies clave para los ecosistemas costeros y su presencia es reflejo del estado de salud de nuestros océanos. Además, involucrar a los turistas en actividades de liberación y educación ambiental genera una conexión emocional poderosa: transforma un viaje de vacaciones en una experiencia que deja huella.

Nah lo dice mejor:

“La vida del mar es también nuestra vida. Al proteger a las tortugas, nos protegemos todos. Al igual que ellas, veamos con los ojos del corazón y cuidemos lo que amamos”.

Oceana invita a sus huéspedes a tomar acciones simples pero significativas:

No dejar basura en la playa.

Respetar las zonas de anidación señalizadas.

Participar solo en liberaciones guiadas por expertos.

Compartir lo aprendido con amigos y familia para ampliar el mensaje.

Además de estas actividades, el resort promueve prácticas responsables en su operación diaria: eficiencia energética, arquitectura que respeta el entorno natural, y programas de formación para su personal en temas de sostenibilidad.

Una historia que une turismo, conservación y esperanza

Desde su fundación en 2019, Oceana ha demostrado que se puede ofrecer hospitalidad de alto nivel sin olvidar el compromiso ambiental. En cada paso de Nah sobre la arena, se refleja el deseo de cambiar la forma en que interactuamos con el planeta. Esta tortuga embajadora nos recuerda que aún estamos a tiempo de proteger lo que realmente importa.

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