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A partir del 10 de diciembre comienza el programa de privatizaciones de Milei, para avanzar hacia el déficit cero


El programa de privatizaciones tendrá un rol fundamental para avanzar hacia el déficit cero (incluyendo intereses de deuda) para el año 2024. El déficit meramente operativo de las empresas del Estado nacional oscila entre el 0,6% y el 0,7% del PBI, mientras que las transferencias totales que desembolsa el Tesoro superan el 1% del PBI considerando los aportes de capital y las eventuales contribuciones figurativas que se realizan.
Por otra parte, las privatizaciones no solamente permiten ahorrar un importante flujo de fondos, sino también captar recursos por única vez. Estos ingresos pueden llegar a ser verdaderamente significativos, especialmente en empresas como YPF (que llegó a venderse por casi 2 puntos del PBI en 1999).
El Presidente electo Javier Milei prometió avanzar con la privatización de los ferrocarriles nucleados en la OFSE, los medios de comunicación estatales, la empresa AySA, y las telecomunicaciones de ARSAT. En este último caso, las negociaciones por una posible privatización ya están en curso, y la operación podría concretarse en los próximos meses.
Se baraja la posibilidad de vender la empresa ARSAT al Grupo Carso, al frente del empresario mexicano Carlos Slim. El magnate ya se hizo cargo de la gestión operativa de una empresa muy parecida a ARSAT en Brasil, la firma Embratel, privatizada en el año 1998 y adquirida por las empresas de Slim a mediados de junio de 2004.
Actualmente la empresa de telecomunicaciones del Estado se encuentra entre las 11 entidades que más recursos pierden cada año, del total de las más de 30 empresas que el sector público mantiene bajo su control mayoritario.
La empresa estatal más deficitaria del país es Enarsa, fundada por Néstor Kirchner en 2004 como un agente intermediario en el mercado energético. A esto le siguen los ferrocarriles, que cada vez arrojan más pérdidas para la sociedad conforme fue avanzando la ampliación de nuevos ramales completamente inviables para su explotación económica.
Muchos de los ramales y las conexiones que aprobó el kirchnerismo desde 2019 carecen de sentido económico, y son imposibles de sostener sin generar pérdidas. Por otra parte, la empresa Aerolíneas Argentinas es la tercera entidad que más pierde dentro de la órbita estatal, llegando a costar más de US$ 8.000 millones desde su estatización a mediados de 2008.
La firma AySA también fue señalada por el Presidente electo como una de las empresas que pasará al ámbito del sector privado durante los próximos cuatro años. La gestión privada del suministro de agua potable permitió reducir sustancialmente la tasa de mortalidad infantil a lo largo de la década de los 90s.
Via: derecha diario