Mundo
Cómo la Universidad de Harvard se convirtió en “la escuela” del Partido Comunista Chino en el exterior
El pasado 22 de mayo, el Gobierno anunció la revocación de la autorización de la prestigiosa universidad para inscribir estudiantes extranjeros, acusando a la institución de colaborar con el PCC.

El prestigio de la Universidad de Harvard entre los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCC) ha alcanzado tal nivel que algunos en el gigante asiático la consideran la principal “escuela del partido” fuera del país, según un comentario publicado en 2014 por el Shanghai Observer: “Si tuviéramos que clasificar las ‘escuelas del partido en el extranjero’, la que merece el primer lugar tiene que ser la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard en Estados Unidos”.
Esta percepción se ha consolidado a lo largo de décadas, durante las cuales miles de burócratas chinos de nivel medio y alto han recibido formación ejecutiva y estudios de posgrado en campus estadounidenses, siendo Harvard el destino más codiciado.
No obstante, esta tradición de intercambio académico podría llegar a su fin, luego de que la administración de Donald Trump anunciara nuevas restricciones para estudiantes chinos con vínculos con el Partido Comunista.
El secretario de Estado Marco Rubio comunicó el miércoles pasado que las autoridades estadounidenses endurecerán los criterios para las solicitudes de visa provenientes de China y “revocarán agresivamente las visas de estudiantes chinos, incluidos aquellos con conexiones con el Partido Comunista Chino o que estudian en campos críticos”.
La universidad ha presentado una demanda para mantener la inscripción de estudiantes internacionales.
Algunos políticos estadounidenses sostienen que el Partido Comunista Chino aprovecha la experiencia académica en suelo norteamericano para perjudicar los intereses de Estados Unidos.
Además de Harvard, otras instituciones como Syracuse, Stanford, la Universidad de Maryland y Rutgers han ofrecido programas ejecutivos para funcionarios chinos, según materiales promocionales y otras fuentes citadas por The Wall Street Journal.
Por ejemplo, la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de Syracuse colaboró en la creación de programas de posgrado en administración pública en universidades chinas a principios de los años 2000.
El fenómeno, no obstante, no se limita a Estados Unidos. El periódico señala que funcionarios chinos también han asistido a universidades de prestigio en países como Singapur, Japón y el Reino Unido.
“Se salvaron a tiempo más de 200 vidas y el sospechoso fue capturado en 36 horas. Fuimos elogiados por la población local y el gobierno central por esto”, afirmó en su intervención. “Así que, cuando regreso hoy, quiero decir: ‘¡Gracias, Harvard!’”.
Además, el actual miembro del Politburó y legislador de alto rango Li Hongzhong participó en un programa de corta duración en Harvard en 1999.
Uno de los programas, iniciado en 1998, ofrecía becas y cursos ejecutivos a unos 20 altos funcionarios cada año.
No solo los funcionarios, sino también los hijos de altos dirigentes del Partido Comunista han estudiado en Harvard. Ingresó cuando su padre era vicepresidente y líder en espera, y se graduó después de que Xi asumiera el poder.
Bo Guagua estudió en la Escuela Kennedy de Harvard entre 2010 y 2012 y obtuvo una maestría en políticas públicas. Su padre fue destituido en 2012 y condenado a cadena perpetua al año siguiente por cargos de soborno, malversación y abuso de poder.
Las conexiones de Harvard con China también han facilitado el acceso de algunos de sus académicos más destacados a altos funcionarios en Beijing.
El futuro de estos intercambios académicos se encuentra ahora en entredicho tras las nuevas restricciones anunciadas por la administración Trump.
Vía: infobae