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Crece polémica por proyecto de ley contra la discriminación capilar en Francia
“No es profesional, parece sucio y es salvaje”. Kenza Bel Kenadil escuchó estas palabras por primera vez en un contexto profesional cuando solo tenía 17 años, tras años de ser objeto de todo tipo de comentarios despectivos sobre su peinado -cabello rizado peinado a lo afro- por parte de sus amigos del colegio. Más tarde, al incorporarse a su puesto de recepcionista en un hotel del sur de Francia, la joven fue amenazada por el director: “O te vas a casa y te cambias el peinado, o no vengas a trabajar”.
Este tipo de discriminación, basada en el corte, la textura, el color o la longitud del cabello, está en el centro de un proyecto de ley presentado por Olivier Serva, diputado de centroderecha por Guadalupe, que fue aprobado por la Asamblea Nacional el jueves 28 de marzo. Su objetivo es añadir la discriminación capilar a la lista de formas de discriminación sancionables por la ley.
Kenza Bel Kenadil, que ahora tiene 26 años, lleva varios años utilizando las redes sociales para luchar contra la discriminación capilar a través de vídeos, algunos de los cuales han acumulado varios millones de visitas. En su día, ante una amenaza de su jefe, acabó por irse a casa, “llorando”, para hacerse un moño, cuenta a France 24: “No entendía por qué mi pelo influía en mi seriedad y mi trabajo”.
Para evitar experiencias similares en el futuro, Olivier Serva propone añadir el criterio específico de la discriminación por el cabello a la discriminación por el aspecto físico. “Es histórico, el primer país del mundo que reconoce la discriminación capilar como una forma real de discriminación a nivel nacional”, comentó el diputado guadalupeño el 18 de marzo, tras la aprobación del texto por la Comisión de Derecho, cuyo trabajo consiste en preparar el debate legislativo en sesión pública.
El único equivalente existe en Estados Unidos, donde la ley “CROWN Act”de 2022 prohíbe la discriminación por motivos capilares en el lugar de trabajo y en la escuela. Adoptada en 24 estados y una treintena de ciudades, no se aplica a nivel federal. En el Reino Unido, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos publicó en 2022 unas directrices para evitar la discriminación por el cabello en las escuelas británicas, en las que considera que no deben prohibirse los cortes de pelo “afro”.
En lo que respecta a Francia, la exposición de motivos de la propuesta de ley afirma que “las personas que sufren discriminación por la textura, el color o el estilo de su cabello carecen de un marco jurídico claro”. Esta postura no es compartida por algunos eurodiputados, en particular del partido MoDem, que consideran que la legislación francesa ya dispone de un arsenal jurídico para luchar contra la discriminación basada en criterios físicos.
Según un estudio realizado en 2023 por Dove y LinkedIn en Estados Unidos (donde las estadísticas étnicas están permitidas, al contrario de Francia), dos tercios de las mujeres afrodescendientes declararon haber cambiado de peinado antes de una entrevista de trabajo, ya que su cabello “tenía 2,5 veces más probabilidades de ser percibido como poco profesional”.
Estos resultados no afectan solo a una comunidad étnica, según el texto de presentación de la propuesta de ley. Se basa en un estudio británico que, en 2009, reveló que una de cada tres rubias se teñía el pelo para aumentar sus posibilidades de hacer carrera y “parecer más inteligente” en el lugar de trabajo. En una entrevista con el medio France info el pasado abril, el diputado afirmó que esta discriminación capilar también afecta a los hombres calvos. “Un estudio demuestra que tienen un 30% menos de posibilidades de progresar en su empresa”, explicaba entonces Olivier Serva.
Mientras que los diputados de los partidos Republicanos (derecha) y Agrupación Nacional (ultraderecha) condenaron la importación de una “lógica victimista al derecho francés”, Kenza Bel Kenadil dijo entender que la gente pueda “preguntarse por algo de lo que no ha sido víctima”.
En 2022, un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) reveló también una correlación entre el uso de alisadores y el desarrollo de cáncer de útero, ya que las mujeres que utilizan estos productos capilares (4,05%) tienen más riesgo de desarrollar este tipo de cáncer que las que no lo hacen (1,64%).
Via: france 24