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Denunciaron penalmente a Kicillof por distribución de pornografía en los colegios
Axel Kicillof es denunciado por incluir textos con contenido explícito en escuelas bonaerenses.
La denuncia fue formulada por la agrupación La Carlos Menem, que apunta a la inclusión de obras con “alto contenido sexual y pornográfico” en el programa educativo de nivel secundario, lo que abre un debate necesario sobre los límites y el verdadero objetivo de la educación pública bajo el actual gobierno provincial.
La denuncia subraya la entrega de textos como “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara, una obra repleta de descripciones eróticas y explícitas, dirigida a estudiantes secundarios dentro del programa ATR (Acompañamiento a las Trayectorias y Revinculación).
Según la denuncia, presentada por Enzo Nicolás Di Fabio y Adolfo Francisco Morán, en el libro se encuentran “fragmentos de alto contenido sexual explícito”, inadmisibles en el contexto educativo y potencialmente configurativos de “corrupción de menores”.
Lo que La Carlos Menem denuncia no es sólo la distribución de este tipo de material en las aulas, sino la falta de controles y de criterio de los funcionarios responsables, desde Kicillof hasta Sileoni, al aprobar estos contenidos para menores.
Sin embargo, la inclusión de materiales como “Las aventuras de la China Iron” parece reflejar más una agenda de activismo literario que un enfoque educativo responsable.
Resulta alarmante que en el marco de políticas públicas, el gobierno provincial elija materiales que exhiben escenas sexuales explícitas. Los críticos señalan que se ha dado prioridad a un adoctrinamiento ideológico, mientras que la necesidad real de los jóvenes –una educación sólida y orientada al desarrollo académico y ético– se deja de lado.
El silencio de Kicillof y su equipo en torno a este tema sólo intensifica las críticas y las sospechas de desinterés en la formación adecuada de los estudiantes.
Es común que se invoque la libertad de expresión para justificar la inclusión de todo tipo de obras en los programas educativos, pero el caso actual revela un uso irresponsable de este principio. La libertad en la literatura y el arte tiene sentido en el ámbito adulto, pero la escuela debería ser un espacio regulado, donde los materiales estén debidamente seleccionados para cada etapa de formación.
La denuncia penal contra Kicillof y Sileoni plantea un debate urgente sobre la responsabilidad de los gobiernos en la selección de contenidos educativos y la protección de los estudiantes. La inclusión de textos con contenido sexual explícito es una muestra alarmante de cómo el gobierno provincial ha ignorado su rol fundamental de control y resguardo de los menores.
En lugar de cumplir con su responsabilidad, parece haber optado por imponer una agenda cuestionable en las aulas, relegando el verdadero objetivo de la educación.
Via: derecha diario