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Dos nuevos casos se suman a la ola de secuestros masivos en Nigeria

Los secuestradores “vinieron y sacaron a las personas de sus casas a punta de pistola”, declaró Ibrahim Gajere, presidente del Gobierno local de Kajuru, en el estado de Kaduna, en Nigeria. El domingo 17 de marzo por la noche, un grupo armado secuestró a 87 personas alrededor de la estación del distrito de Kajuru. Según contó el residente Harisu Dari a AFP, los bandidos irrumpieron en el pueblo a las 10 de la noche y fueron puerta por puerta secuestrando a los habitantes.
“Bandidos” es el término empleado a las bandas criminales aparte de los grupos armados activos en el norte y noroeste de Nigeria. Estos grupos criminales han ido aumentando su poder en las áreas rurales del país a costa de saquear pueblos y realizar secuestros en masa, cobrando altas sumas como rescate. De las 87 personas secuestradas el domingo, cinco lograron escapar por el monte, afirmó Tanko Wada Sarkin, líder comunitario de Kajuru, a Reuters.
El sábado 16 de marzo, 16 personas fueron secuestradas en Dogon Noma, pueblo vecino de Kajuru. Ambos ataques se suman a la reciente ola de secuestros de gran escala, que ponen presión sobre el Gobierno del presidente Bola Tinubu, elegido bajo la promesa de restablecer la seguridad en el país.
Una fuente de Naciones Unidas y un exfuncionario local confirmaron los hechos a AFP bajo condición de anonimato. Además de estos dos secuestros, el martes 12 de marzo un grupo armado secuestró a 61 personas en la comunidad de Buda, a 10 kilómetros de Kajuru.
El 7 de marzo, a la hora del inicio de la jornada escolar, un grupo de bandidos armados rodeó una escuela pública en Kuriga, también en el estado de Kaduna, y secuestró a al menos 280 alumnos y maestros, llevándolos al bosque colindante. Es el primer secuestro de esa magnitud que sufre el país desde 2021.
Más de una semana después, los familiares de los niños secuestrados denuncian que las autoridades no les han compartido ninguna novedad del proceso de búsqueda. Un familiar dijo a AFP que el lunes 18 de marzo el gobernador Uba Sani se reunió con representantes de las familias de los secuestrados y dijo que se estaba haciendo “todo lo posible” para liberar a los niños.
El 12 de marzo, el líder comunitario de Kuriga, Jubril Aminu, recibió una llamada de los secuestradores desde un número oculto, exigiendo el pago de un rescate de 1,000 millones de Nairas (620,432 dólares). Los bandidos amenazaron con asesinar a los niños y maestros en caso contrario, según informó Aminu a Reuters.
Al día siguiente, el ministro de Información, Mohammed Idris, dijo en una rueda de prensa que el presidente Bola Tinubu ordenó que las agencias de seguridad “trabajen día y noche para asegurar que esos niños y todos los que han sido secuestrados vuelvan a estar a salvo”, pero que se aseguraran de “no pagar ni un centavo” a los grupos criminales. Pese una ley de 2022 que prohíbe entregar dinero a los secuestradores, analistas coinciden en que las víctimas de secuestro en Nigeria suelen ser liberadas después de negociaciones con las autoridades.
Los secuestros en las escuelas fueron perpetrados inicialmente por el grupo yihadista Boko Haram, que en 2014 secuestró a 276 niñas de una escuela en Chibok. Sin embargo, este tipo de secuestro de gran escala ha sido adoptado por los bandidos, grupos criminales que no reivindican ninguna ideología, como método de financiamiento.
Según datos de Naciones Unidas, la espiral de violencia en el norte y noroeste de Nigeria ha provocado ya el desplazamiento de cerca de un millón de personas. La consultora de riesgos nigeriana SBM Intelligence contabiliza 4,777 personas secuestradas desde que arrancó el Gobierno de Tinubu en mayo de 2023. Los secuestros son desgarradores para las familias y comunidades, quienes se vacían de sus ahorros o se ven forzadas a vender sus tierras para pagar el rescate y asegurar el regreso de sus seres queridos.
Via: france 24