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El déficit fiscal es el más alto de la historia sin que EE.UU., esté en guerra
Se cumplen tres años del inicio de la administración del Presidente Joe Biden en enero de 2021, y desde entonces los desequilibrios fiscales se ubican en el peor momento de la historia del país, a pesar de haberse superado exitosamente el impacto de la pandemia.
La actividad económica rebotó luego del desarme de los sistemas de cuarentena y las restricciones de oferta, pero ni el nivel del gasto público ni tampoco el déficit fiscal volvieron a la situación previa de 2019.
El rojo primario del Gobierno federal superó los 4 puntos del PBI en diciembre de 2023, y junto con la carga por intereses de deuda pública el resultado marcó un déficit superior al 6% del PBI respectivamente. Son las cifras más extremas de las últimas décadas para tiempos de paz, y más aún preocupante es el hecho de que estos se produzcan en ausencia de una recesión formal.
En otras palabras, el Gobierno estadounidense no posee actualmente ni el más mínimo margen fiscal para poder afrontar una eventual recesión, muy a diferencia de lo que ocurrió antes de la crisis de 2008 o incluso antes de la crisis por la pandemia en 2020.
En sus tres años de gestión, Biden fue virtualmente responsable de ejecutar políticas fiscales erráticas, sin ninguna contrapartida con recursos genuinos. El masivo programa de estímulo fiscal en marzo de 2022, la llamada “Ley de reducción de la inflación” en 2022 y la cancelación de préstamos estudiantiles en agosto de aquel año, son solo algunos ejemplos de políticas que engrosaron peligrosamente el déficit del erario público.
Más del 16% de los bonos federales se encuentran en manos de la Reserva Federal, y la falta de perspectivas a futuro para un eventual superávit hacen pensar a muchos analistas que el riesgo por ingresar a un esquema de dominancia fiscal propiamente dicho es realmente importante. De continuar por este camino, Estados Unidos corre el riesgo de desanclar las expectativas inflacionarias que se mantuvieron bajo control tras el legado de Paul Volcker en la década de 1980.
Como si todo esto no fuera suficiente, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años oscila entre el 4% y el 5% anual, valores que no se veían desde hace 16 años. En conjunto con el stock de deuda en crecimiento, la carga por intereses se proyecta hacia el futuro de forma explosiva.
Via: americano media