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El Gobierno de Gustavo Petro sin control sobre el Clan del Golfo y la violencia en Colombia
El enfrentamiento que dejó cinco muertos refleja el fracaso del gobierno colombiano para contener a los grupos armados pese a los diálogos de paz.
La violencia en Colombia volvió a estallar este miércoles con la muerte de cinco presuntos integrantes del Clan del Golfo durante un enfrentamiento con el Ejército en el municipio de Abriaquí, Antioquia.
El hecho, ocurrido apenas semanas después del inicio de los diálogos de paz con este grupo armado, evidencia la incapacidad del gobierno de Gustavo Petro para imponer el orden y garantizar la seguridad en amplias zonas del país.
El Ejército reportó la muerte de los supuestos criminales y la captura de otros dos miembros del grupo, además de la recuperación de una menor de edad.
El operativo fue coordinado entre las Fuerzas Militares, la Policía y la Fiscalía, pero no logró evitar que el Clan del Golfo mantenga su presencia activa en Antioquia, Chocó y Córdoba, regiones donde la población vive entre el miedo y la desconfianza hacia las autoridades.
Pese a los compromisos asumidos en los recientes diálogos en Doha, Catar, el proceso de paz con el Clan del Golfo se encuentra prácticamente estancado. Mientras el gobierno insiste en una estrategia de negociación, las comunidades continúan enfrentando extorsiones, desplazamientos y enfrentamientos armados.
El almirante Francisco Hernando Cubides, comandante general de las Fuerzas Militares, reconoció que “el Clan del Golfo sigue siendo la principal amenaza interna”, y que las operaciones continuarán.
La oposición política ha señalado que la política de seguridad del presidente Petro ha derivado en un aumento de la criminalidad, mientras el discurso oficial insiste en buscar salidas negociadas con grupos que no han mostrado voluntad real de desarme. El resultado, según líderes locales, es un país más violento, con comunidades atrapadas entre la delincuencia organizada y la inacción del Estado.
Vía: DW





