El Senado de Argentina ha aprobado la madrugada de este miércoles la legalización del aborto hasta la semana 14 la medida fue impulsada por el gobierno de Alberto Fernández y era un reclamo histórico de los colectivos feministas.
La decisión fue aprobada con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención; la Sesión duró alrededor de 12 horas mientras miles de personas se concentraron a las afueras del Congreso argentino para esperar los resultados.
La presión de grupos religiosos y conservadores para mantener la criminalización del aborto ha sido muy fuerte, pero no ha sido suficiente para repetir el resultado de 2018, cuando el Senado rechazó el proyecto de ley, con 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, compartió la noticia a través de su cuenta oficial de twitter. La legalización del aborto fue una de las promesas de campaña de Fernández durante el 2019.
El aborto seguro, legal y gratuito es ley.
A ello me comprometí que fuera en los días de campaña electoral.
Hoy somos una sociedad mejor que amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública.
Recuperar el valor de la palabra empeñada. Compromiso de la política. pic.twitter.com/cZRy179Zrj— Alberto Fernández (@alferdez) December 30, 2020
Aborto seguro, legal y gratuito
Una vez que la ley entre en vigor, toda persona gestante podrá acceder en el sistema de salud al aborto, de forma gratuita y segura, hasta la semana 14 de gestación.
La nueva ley también establece la posibilidad de interrumpir el embarazo sin límite de tiempo a las madres cuyo embarazo sea fruto de una violación o para las que corra peligro su vida, las únicas causales permitidas hasta ahora.
Las menores de 13 años podrán hacerlo con la asistencia de al menos uno de sus padres o representante legal, mientras que las que tengan entre 13 y 16 solo necesitarán autorización si el procedimiento compromete su salud y las mayores de 16 podrán decidir por sí solas.
La ley también autoriza la objeción de conciencia de los facultativos que no quieran participar del aborto, pero siempre que deriven con rapidez a las pacientes a otros profesionales que lo lleven a cabo.