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Francia: la Asamblea Nacional rechaza el proyecto de ley sobre migración de Emmanuel Macron
Francia vivió este lunes 11 de diciembre un terremoto político en el seno de su Asamblea Nacional. La Cámara Baja del órgano legislativo francés decidió vetar, por la mínima, un proyecto de ley impulsado por el Gobierno de Emmanuel Macron sobre migración.
La moción para rechazar el debate sobre este polémico proyecto de ley fue lanzada por el grupo de los ecologistas ante lo que consideraban que era un texto que “violaba” los derechos de los migrantes que se encuentran en Francia. Su jugada política contó finalmente con el voto afirmativo de 270 legisladores, que superaron por la mínima el voto de 265 que decidieron apoyar al Gobierno.
Sin embargo, el sentir de este voto contrario al proyecto de ley de migración anunciado por el Elíseo no es uniforme. Desde los sectores ecologistas y de la izquierda francesa, se considera un “retroceso” en materia de derechos para las personas extranjeras. Por el contrario, la derecha y la extrema derecha francesa lamentan que, bajo su visión, la ley sea “muy débil e insuficiente”.
Las dos visiones han tenido como principal víctima al Ejecutivo de Macron, quien ha sufrido su primer gran derrota parlamentaria en el segundo periodo de su presidencia y donde se ha dejado en claro que sufre su minoría legislativa en la Asamblea Nacional.
El proyecto llevaba meses discutiéndose y era un plan principal para el ministro del Interior galo, Gérald Darmanin, quien previamente había asegurado que un posible rechazo sería “una negación de la democracia”, en una entrevista a la emisora ‘Europe 1’.
El golpe ha sido tan duro para Darmanin que horas después presentó ante Emmanuel Macron su renuncia al cargo que ostenta, aunque el presidente francés rechazó su dimisión y deberá seguir ocupando su puesto.
Pero muchos ciudadanos no lo ven con buenos ojos. Con esta nueva ley –o una aún más dura de la derecha–, los migrantes indocumentados temen que la reforma los estigmatice aún más. El proyecto de ley contempla la facilitación de la expulsión de extranjeros considerados peligrosos, la regularización de la situación de los trabajadores indocumentados en sectores con escasez de mano de obra y la aceleración de los procedimientos de solicitud de asilo.
Además, introduciría una cuota anual de llegadas de migrantes y eliminaría toda cobertura médica para personas indocumentadas, excepto la de emergencia. “La mayoría de los migrantes indocumentados pagamos el seguro social y los impuestos sin beneficiarnos de servicios como el servicio público de salud (…) El Gobierno de Emmanuel Macron nos trata como si no fuéramos nada, pero nosotros hacemos las tareas sucias, en los sitios de construcción, trabajando en restaurantes y como limpiadores”, apunta Ahmada Siby, originario de Mali que reside en Francia, al medio ‘Deutsche Welle’.
Por eso, decenas de personas salieron a manifestarse ante la Asamblea Nacional al inicio del debate. Como algunas organizaciones de defensa de DD. HH., muchos ciudadanos piden que se respeten los derechos y la dignidad de las personas migrantes, tanto las que documentadas como las que no.
Los detractores de la ley también acusan que esta puede fomentar el discurso de odio y la estigmatización contra los migrantes, ya que permite más fácilmente la expulsión de los extranjeros que hayan cometido crímenes.
El hecho de que el proyecto de ley no fuera debatido impide a la primera ministra, Élisabeth Borne, aprobarlo sin votación en la Asamblea por el artículo 49.3 de la Constitución, como ya hizo con la discutida reforma de las pensiones.
A partir de ahora, el Gobierno puede optar por llevar a la Asamblea el texto que se había aprobado en el Senado, cuya versión es netamente más conservadora del propuesto por el Ejecutivo, u optar por una comisión paritaria de ambas cámaras, en la que seguiría habiendo una mayoría conservadora. La tercera opción, la retirada del texto, supondría admitir un enorme fracaso político.
Via: france 24