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La polémica cápsula para el suicidio usada en Suiza

La cápsula es un invento de Philip Nitschke, un médico australiano famoso por su trabajo en el suicidio asistido desde los años 90.

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Con un diseño aerodinámico, la llamada cápsula “Sarco” causa la muerte por asfixia cuando su ocupante libera gas nitrógeno en el interior, lo que reduce la cantidad de oxígeno a niveles letales.

En julio, un grupo a favor de la muerte asistida que promueve el uso del dispositivo, dijo que esperaba que fuese utilizado por primera vez este año. La cápsula Sarco está diseñada para permitir que una persona sentada en un asiento reclinable presione desde el interior un botón que inyecta gas nitrógeno en la cámara sellada. También tiene un botón de emergencia para salir.

Los defensores de la cápsula dicen que ofrece una alternativa que no depende de medicamentos ni de médicos, y que amplía el acceso a la eutanasia, ya que el dispositivo portátil puede imprimirse en 3D y ensamblarse en casa. Si bien la muerte asistida está protegida legalmente bajo ciertas circunstancias en Suiza, la cápsula Sarco ha encontrado cierta oposición, generando un intenso debate en el país.

Los críticos temen que el diseño moderno de la cápsula glorifique el suicidio y les preocupa que pueda operarse sin supervisión médica. Interrogada en el Parlamento suizo sobre las condiciones legales para el uso de la cápsula Sarco, la ministra de Salud, Elisabeth Baume-Schneider, sugirió que su uso no sería legal.

“Por un lado, no cumple con las exigencias de la ley de seguridad de los productos y, como tal, no debe ponerse en circulación”, dijo. “Por otro lado, el uso correspondiente de nitrógeno no es compatible con el artículo sobre el propósito de la ley de sustancias químicas”.

El periódico suizo Blick informó en julio que que Peter Sticher, un fiscal estatal en Schaffhausen, escribió a los abogados de Exit International, organización que promueve el uso de la cápsula, advirtiéndoles que cualquier operador del dispositivo podría enfrentarse a un proceso penal y a varios años en prisión. Los fiscales de otras regiones suizas también han indicado que el uso de la controvertida cápsula podría dar lugar a un procesamiento.

Incluso hace unos meses una mujer estadounidense de 54 años con múltiples afecciones de salud había planeado ser la primera persona en utilizar el dispositivo, pero finalmente los planes no se concretaron. Suiza es uno de los pocos países del mundo a los que los extranjeros pueden viajar para un suicidio asistido y cuenta con varias organizaciones que se dedican a ayudar a las personas a concretar sus planes.

Pero a diferencia de otros países, Suiza no permite la eutanasia, que implica que los profesionales de la salud terminen con la vida de los pacientes con una inyección letal a petición de estos y en circunstancias específicas.

La organización informó que Florian Willet, copresidente de The Last Resort, una filial suiza de Exit International, fue la única persona presente y describió su muerte como “pacífica, rápida y digna”.

En el pasado, Philip Nitschke, el creador de la cápsula suicida ha insistido en que el dispositivo no se pondrá a la venta de manera convencional. En su lugar, el médico aseguró que planeaba poner a disposición los planos para que cualquiera pudiera descargar el diseño de forma gratuita.

Su objetivo, dijo, es "desmedicalizar el proceso de morir", según expresó en una entrevista publicada en el sitio web de Exit International, la organización benéfica de muerte asistida que él mismo fundó.

Via: bbc