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La sombra de Erdogan se cierne en la batalla por Estambul

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Las elecciones municipales turcas del domingo 31 de marzo en Estambul estarán dominadas por un sentimiento de revancha. El actual alcalde, Ekrem Imamoglu, del partido socialdemócrata (CHP), está codo con codo, según las encuestas, con el candidato del partido presidencial. Detrás de estas elecciones se cierne la sombra del presidente Recep Tayyip Erdogan. “Nunca ha digerido la pérdida de Estambul en 2019”, resume Didier Billion, experto en Turquía y director adjunto del Instituto de Relaciones Internacionales y Estrategias (Iris).

Oriundo de la ciudad, el dirigente creció en un barrio obrero de Estambul y le gusta recordarlo en sus discursos. “Fue en Estambul donde realmente experimentó el éxito político, cuando fue elegido alcalde en 1994. Y fue esta elección la que le permitió emerger”, subraya el investigador. Una reconquista de esta megalópolis perdida en 2019 por su partido, el AKP, a manos de Ekrem Imamoglu, marcaría una victoria simbólica y personal para el jefe del Estado. Tanto es así que, la misma noche de su victoria, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de mayo de 2023, arengó a sus tropas a ponerse en marcha para recuperar la alcaldía de Estambul.

Durante las últimas semanas, Recep Tayyip Erdogan ha hecho numerosas declaraciones sobre las elecciones, ha enviado a sus ministros sobre el terreno y celebró una gran reunión en Estambul, el domingo 24 de marzo, para apoyar a su candidato, el ex ministro de Medio Ambiente Murat Kurum, un tecnócrata y fiel partidario, que actúa como “testaferro”, robándose protagonismo en el escenario. “La elección del candidato del AKP es discutible”, afirma Didier Billion. “Murat Kurum es desconocido para el gran público y carece de carisma, a diferencia de Ekrem Imamoglu”.

El actual alcalde de Estambul está llevando a cabo una campaña exitosa y mantiene sus índices de popularidad a pesar de la crisis interna que sacude a su partido, el CHP, afirma Samim Akgönül, profesor universitario y jefe del departamento de estudios turcos de la Universidad de Estrasburgo. “Ha conseguido situarse por encima de la contienda partidista”. Otra victoria del alcalde le convertiría naturalmente en líder de la oposición en las elecciones presidenciales de 2028.

Para Bayram Balci, investigador del CERI y antiguo director del Instituto Francés de Estudios Anatolios de Estambul, en un artículo publicado en el medio de comunicación Le Figaro, no sería imposible verle desafiar a Recep Tayyip Erdogan en las urnas. Sin embargo, el AKP “tiene posibilidades o riesgos de ganar, depende de cómo se mire”, opina Samim Akgönül.

El partido islamista se beneficia de los recursos que pone a su disposición el Estado, en particular los medios de comunicación. El presidente turco dispone de tiempo de antena ilimitado y las grandes cadenas de televisión no dejan más que migajas a la oposición. Otra ventaja para su partido en estas elecciones es que se beneficia de la dispersión de los votos de la oposición. Unida hace cinco años, la oposición avanza ahora desorganizada, minada por su derrota en las elecciones presidenciales de 2023.

El partido prokurdo DEM (antiguo HDP), tercera fuerza parlamentaria, presentará un candidato en Estambul, sede importante de la comunidad kurda, y en todas las grandes ciudades de Turquía. “No es una conclusión inevitable para el AKP”, dice Didier Billion. “Tampoco hay unión en este lado. En particular, hay un pequeño partido islamista -el Partido de la Nueva Prosperidad [Yeniden Refah]- que se presenta, que es bastante virulento y que está haciendo bastante bien la campaña. Se le atribuye entre un 2 y un 4% de los votos”. Es posible que el AKP no tenga votos suficientes para imponerse en Estambul.

Más allá del simbolismo, la razón por la que se presta tanta atención a Estambul es que esa ciudad, con dieciséis millones de habitantes, concentra la mayor parte de la riqueza del país, y también representa una ganancia económica inesperada para el partido que gane. Berk Esen, politólogo de la Universidad Sabanci de Estambul, explica a AFP, que “la metrópoli dispone de enormes recursos municipales, que prestan servicios a sus millones de ciudadanos”, entre ellos once millones de electores, que probablemente ajustarán su voto en las elecciones nacionales en función de la calidad de estos servicios.

Aunque es en Estambul donde el AKP ha concentrado sus esfuerzos durante esta campaña, también tendrán que estar pendientes de los resultados en las otras dos principales ciudades del país: Ankara e Esmirna, en las que el partido de Recep Tayyip Erdogan quiere sumar puntos. “En un país autoritario como Turquía es bastante extraño que las tres principales ciudades del país estén en manos de partidos de la oposición”, analiza Didier Billion.

Un año después de los terremotos en Turquía, las promesas del presidente Erdogan chocan con los hechos.  Bayram Balci, en Le Figaro, argumenta que, por el contrario, una victoria del AKP, en estos centros urbanos, “consolidaría el dominio de Erdogan durante mucho tiempo” y “anclaría profundamente a Turquía en una línea conservadora y nacionalista”.

En Ankara, el CHP está encabezado por el alcalde saliente Mansur Yavas, aunque los observadores de la vida política turca pronostican una carrera muy reñida. Por último, Esmirna, tercera ciudad del país, es tradicionalmente kemalista y administrada por un alcalde del CHP, pero el partido socialdemócrata podría perder terreno allí.

Via: france 24

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