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La vieja nave Voyager 1 envía respuesta sorprendente después de un “empujón”

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Lanzada en 1977, la Voyager 1 y su gemela, la Voyager 2, se aventuran a través de territorio cósmico inexplorado a lo largo de los confines exteriores del sistema solar. Si bien la Voyager 1 ha seguido transmitiendo una señal de radio constante a su equipo de control de misión en la Tierra, esa señal no ha transportado ningún dato utilizable desde noviembre, lo que ha señalado un problema con una de las tres computadoras a bordo de la nave espacial.

Una nueva señal recibida recientemente de la nave espacial sugiere que el equipo de la misión de la NASA puede estar avanzando en su búsqueda para comprender lo que está experimentando la Voyager 1. La Voyager 1 es actualmente la nave espacial más alejada de la Tierra, a unos 24.000 millones de kilómetros (15,000 millones de millas) de distancia.

Mientras tanto, la Voyager 2 ha viajado más de 20,3000 millones de kilómetros (12,6000 millones de millas) desde nuestro planeta. Ambas se encuentran en el espacio interestelar y son las únicas naves espaciales que jamás han operado más allá de la heliosfera, la burbuja solar de campos magnéticos y partículas que se extiende mucho más allá de la órbita de Plutón.

Inicialmente diseñadas para durar cinco años, las sondas Voyager son las dos naves espaciales que llevan más tiempo en funcionamiento de la historia. Su vida útil excepcionalmente larga significa que ambas naves espaciales han proporcionado información adicional sobre nuestro sistema solar y más allá después de lograr sus objetivos preliminares de volar sobre Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno hace décadas. Pero ambas sondas han enfrentado desafíos a lo largo del camino a medida que envejecen.

El equipo de la misión notó por primera vez el problema de comunicación con la Voyager 1 el 14 de noviembre de 2023, cuando la unidad de modulación de telemetría del sistema de datos de vuelo comenzó a enviar un patrón repetitivo de código.

El sistema de datos de vuelo de la Voyager 1 recopila información de los instrumentos científicos de la nave espacial y la combina con datos de ingeniería que reflejan el estado de salud actual de la Voyager 1. El control de la misión en la Tierra recibe esos datos en código binario, o una serie de unos y ceros.

Pero desde noviembre, el sistema de datos de vuelo de la Voyager 1 ha estado estancado en un bucle. La nave espacial aún puede recibir y ejecutar comandos transmitidos desde el equipo de la misión, pero un problema con esa unidad de telecomunicaciones significó que no se transmitieran datos científicos o de ingeniería de la Voyager 1 a la Tierra.

Desde que descubrió el problema, el equipo de la misión intentó enviar comandos para reiniciar el sistema informático y aprender más sobre la causa subyacente del problema. El equipo envió un comando, llamado “poke” —empujón o toque, en español—, a la Voyager 1 el 1 de marzo para que el sistema de datos de vuelo ejecutara diferentes secuencias de software en caso de que algún tipo de falla estuviera causando el problema.

El 3 de marzo, el equipo notó que la actividad de una parte del sistema de datos de vuelo se destacaba del resto de los datos confusos. Si bien la señal no estaba en el formato al que está acostumbrado el equipo de la Voyager cuando el sistema de datos de vuelo funciona como se esperaba, un ingeniero de la Red de Espacio Profundo de la NASA pudo decodificarla.

La Red de Espacio Profundo es un sistema de antenas de radio en la Tierra que ayudan a la agencia a comunicarse con las sondas Voyager y otras naves espaciales que exploran nuestro sistema solar. La señal decodificada incluía una lectura de toda la memoria del sistema de datos de vuelo, según una actualización compartida por la NASA.

“La memoria (del sistema de datos de vuelo) incluye su código o instrucciones sobre qué hacer, así como variables o valores utilizados en el código que pueden cambiar según los comandos o el estado de la nave espacial”, según una publicación de blog de la NASA. “También contiene datos científicos o de ingeniería para el enlace descendente. El equipo comparará esta lectura con la que apareció antes de que surgiera el problema y buscará discrepancias en el código y las variables para encontrar potencialmente la fuente del problema actual”.

La Voyager 1 está tan lejos que las órdenes enviadas desde la Tierra tardan 22,5 horas en llegar a la nave espacial. Además, el equipo deberá esperar 45 horas para recibir una respuesta. Actualmente, el equipo está analizando la lectura de la memoria de la Voyager 1 después de comenzar inicialmente el proceso de decodificación el 7 de marzo y encontrar la lectura tres días después. “Usar esa información para idear una posible solución e intentar ponerla en práctica llevará tiempo”, de acuerdo con la agencia espacial.

La última vez que la Voyager 1 experimentó un problema similar, pero no idéntico, con el sistema de datos de vuelo fue en 1981, y el problema actual no parece estar relacionado con otros fallos que la nave espacial ha experimentado en los últimos años.

Con el tiempo, ambas naves espaciales han encontrado problemas y abandonos inesperados, incluido un periodo de siete meses en 2020 en el que la Voyager 2 no pudo comunicarse con la Tierra. En agosto de 2023, el equipo de la misión utilizó una técnica de “grito” de largo alcance para restablecer las comunicaciones con la Voyager 2 después de que un comando orientara inadvertidamente la antena de la nave espacial en la dirección equivocada.

A medida que las envejecidas sondas gemelas Voyager continúan explorando el cosmos, el equipo ha ido apagando lentamente los instrumentos de estos “ciudadanos mayores” para conservar energía y extender sus misiones, dijo anteriormente a CNN la directora del proyecto Voyager, Suzanne Dodd.

Via: cnn

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