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La violencia contra las mujeres no cede en Latinoamérica: más de 4,000 víctimas de feminicidio en 2022

La ONU y organismos de derechos humanos hicieron un llamado a los Gobiernos a impulsar de manera urgente políticas de género en esta región, donde al menos 4.050 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2022 y en la que la población femenina también sufre de desigualdad, pobreza, miedo a denunciar y falta de normativas que la protejan. Entérate aquí
Las calles de las principales ciudades del mundo se llenaron de manifestantes este sábado 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que, según Naciones Unidas, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.
En la región latinoamericana, donde, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se registra al menos el asesinato de una mujer por razones de género cada dos horas, organizaciones feministas, sociales y de derechos humanos convocaron marchas para reclamar a las autoridades más estrategias y políticas para poner fin a la violencia contra la mujer y combatir otras lacras que afectan especialmente a la población femenina, como la desigualdad, los abusos sexuales y el acoso.
Los reclamos fueron respaldados por la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, al asegurar: “la evidencia demuestra que la presencia de un movimiento feminista fuerte y autónomo es un factor crítico para impulsar el cambio de políticas públicas para la eliminación de la violencia contra las mujeres”
Algo en lo que concuerda el secretario general de la ONU, António Guterres, quien afirmó que la violencia contra las mujeres es una terrible violación de los derechos humanos y una crisis de salud pública.
Al menos 4,050 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países y territorios de América Latina y el Caribe en 2022, según los datos regionales más recientes, entregados por organismos oficiales al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Cepal y publicados esta semana.
Según los cálculos del OIG, basados en datos diferenciados por grupos de edades entregados por ocho países, en más del 70% de los casos las víctimas son mujeres entre 15 y 44 años, mientras el 4% corresponde a menores de 15 años. En el caso de Panamá y Uruguay, el porcentaje de menores de 15 años víctimas de feminicidio supera el 10%. Las tasas más altas de feminicidio registradas durante 2022 por cada 100,000 mujeres se reportaron en Honduras (6,0) y República Dominicana (2,9).
La violencia contra la mujer “es costosa, ya que algunos países estiman que el impacto económico de la violencia de género es de alrededor del 3,7% del PIB. Sin embargo, la inversión es lamentable, apenas un 0,2% de la asistencia total en 2022”, lamentó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous.
“Nuestra insensatez colectiva al no invertir es aún más frustrante porque sabemos lo que hay que hacer: reformar y aplicar leyes y políticas multisectoriales; garantizar que las sobrevivientes tengan acceso a los servicios que necesitan; ampliar las intervenciones de prevención basadas en evidencias y exigir responsabilidades a los agresores”, agregó Bahous en un mensaje con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer.
Por otro lado, están las falencias en la legislación. La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer rige de manera general los esfuerzos internacionales. En Latinoamérica, aunque ha habido avances normativos, la carencia de leyes efectivas aún representa un lastre para la región.
En el caso del Caribe, según el observatorio de la Cepal, ningún país cuenta con leyes integrales de violencia de género. Respecto a la tipificación del delito de feminicidio, en América Latina y Caribe, 18 naciones cuentan con esta figura penal; de estos, 13 cuentan con leyes integrales respecto a la violencia contra las mujeres.
La Asamblea General de la ONU estableció de manera oficial el 25 de noviembre como el Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Con un protagonismo reconocido por las más altas instancias internacionales, la movilización de colectivos y activistas, que cada 25 de noviembre inundan con verde y morado las calles del mundo, representa la esperanza de buscar la paz.
Via: france 24