Lula amenaza con destruir el mercado de crédito al establecer tope forzoso sobre intereses

El Gobierno socialista encabezado por Lula da Silva anunció una masiva regulación sobre las tarjetas de crédito en Brasil, disponiendo una serie de topes sobre los intereses que pueden cobrar los bancos y las entidades financieras. A modo de ejemplo, si una persona una suma de 100 reales con su tarjeta de crédito, el importe que deberá pagar en concepto de intereses no podrá superar los 200 reales, sin importar el caso.

Las nuevas regulaciones afectan tanto al crédito a largo plazo como también a los intereses que cobran las entidades financieras en caso de situaciones de morosidad o retraso en los pagos. De esta manera, el Gobierno creó un registro con el nombre de “Desatando” en el cual una gran cantidad de personas pudieron renegociar sus deudas con intereses más bajos.

El principal problema detrás de las medidas es que desalientan abiertamente la concesión de nuevas líneas de crédito. Si bien los usuarios que ingresan al programa (los que ya tomaron deudas) se ven beneficiados, al mismo tiempo se perjudican millones de personas que podrían haber accedido a un préstamo para financiar su casa o su emprendimiento, y que ahora no podrán hacerlo.

Esto se debe a que las entidades financieras adoptarán un criterio más conservador a la hora de dirigir sus préstamos, ya que en caso de morosidad o retrasos no podrán recuperar la inversión o compensar el riesgo de la operación.

Por estas razones, ahora acotarán su cartera de clientes y ofrecerán líneas de financiamiento a personas con perfiles más estables, que precisamente no son los de menores ingresos. La “socialización” de deudas a costa del sistema financiero sólo restringe el crédito disponible para la economía, y por lo tanto también el rendimiento potencial de los depósitos de los ahorristas.

Via: derecha diario