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Maduro responde a la oferta de Bukele de intercambiar venezolanos deportados por “prisioneros políticos”
“Cínica”. Así ha tachado Venezuela la oferta que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, le hizo el domingo a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.

Bukele le propuso repatriar a los 252 venezolanos que fueron enviados por Estados Unidos al país centroamericano en marzo y permanecen encarcelados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) a cambio de la libertad de la misma cantidad presos que se encuentran en prisiones venezolanas, entre ellos muchos cercanos a la oposición.
En un comunicado publicado por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, el ministerio público volvió a solicitar la “inmediata liberación” de los migrantes que El Salvador mantiene en la prisión de máxima seguridad, objetivo por el que Caracas ya presentó un habeas corpus en marzo ante la Corte Suprema de El Salvador.
En su declaración, Saab describió el Cecot como “un lugar de desaparición forzada de inocentes de nacionalidad venezolana (según se acuerde con sus socios imperiales) a quienes Bukele utiliza como experto en traficar con seres humanos para recibir a cambio sumas millonarias de dinero”.
Y en esa línea, tildó a Bukele de ser “el más fiel exponente del neofascismo del presente siglo XXI” y de estar cometiendo, junto a EE.UU., “una grave violación del derecho internacional, de los derechos humanos y constituye un crimen de lesa humanidad que imita las repugnantes prácticas nazis de la mitad del siglo XX”.
El número de presos se multiplicó en Venezuela tras las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales del 28 de julio del año pasado, en las que Maduro se proclamó vencedor.
Washington le paga a El Salvador para mantener a los deportados en su notoria cárcel de máxima seguridad. Desde que asumió el cargo en enero, las políticas migratorias de línea dura de Trump se han topado con varios obstáculos legales.
Trump ha deportado a presuntos pandilleros venezolanos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que otorga al presidente la facultad de detener y deportar a nativos o ciudadanos de naciones “enemigas” sin los procesos habituales. Esta ley solo se había utilizado anteriormente en tres ocasiones, todas en época de guerra.
Via: bbc