Moderna orquestó acciones encubiertas para gestionar críticas en línea a las vacunas

Moderna, la empresa de biotecnología reconocida por su contribución en el desarrollo de una vacuna de ARNm contra el coronavirus, se ve envuelta en una polémica a medida que informes sugieren su participación en operaciones de vigilancia e influencia. Según un informe de UnHerd, la compañía ha extendido sus actividades más allá de la innovación farmacéutica, adentrándose en el mundo de la vigilancia y la gestión de la opinión pública.

Durante la pandemia, Moderna experimentó un ascenso meteórico, alcanzando una valoración asombrosa de 100 mil millones de dólares gracias a la amplia adopción de su vacuna de ARNm. Sin embargo, con la disminución de la demanda de vacunas, la empresa se vio enfrentada a una disminución en sus ingresos. En respuesta, Moderna no solo incrementó los precios de sus vacunas, sino que también emprendió una estrategia de marketing destinada a mantener su relevancia en el ámbito de la salud pública.

Informe de UnHerd

El informe de UnHerd destaca que Moderna ha desarrollado una compleja red de seguimiento en colaboración con Public Good Projects (PGP), una ONG financiada por la industria farmacéutica, y ex funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. El propósito de esta iniciativa es combatir la información que la empresa considera errónea sobre las vacunas. Sin embargo, la amplitud y los métodos de esta operación han suscitado preocupaciones acerca de la posible confusión entre la defensa de la salud pública y la vigilancia corporativa.

El brazo de vigilancia de Moderna, dirigido por Nikki Rutman, ex analista del FBI, realiza un monitoreo exhaustivo de una amplia gama de medios de comunicación, tanto tradicionales como alternativos. Utilizando tecnología avanzada como la IA “BlueSilk” de Talkwalker, el equipo rastrea conversaciones relacionadas con las vacunas en millones de sitios web en todo el mundo. Se generan alertas de alto riesgo ante narrativas que podrían perjudicar los intereses de Moderna o fortalecer sentimientos antivacunas.

Este enfoque proactivo para monitorear e influir en el discurso sobre las vacunas se extiende incluso al escrutinio de figuras públicas como Elon Musk y Russell Brand. Los informes de Moderna sobre los comentarios de estas figuras públicas no necesariamente refutan sus afirmaciones, pero las señalan como información errónea si se percibe que contribuyen a la vacilación sobre las vacunas.

La colaboración entre Moderna y PGP, según UnHerd, se inició con el programa “Stronger” en 2021-22, cuyo propósito era identificar información errónea y dar forma a las decisiones de contenido en las redes sociales. Aunque la relación ha evolucionado, con PGP teniendo un amplio acceso a los datos de Twitter y una influencia significativa en las políticas de expresión relacionadas con la pandemia, plantea interrogantes sobre la conexión entre la empresa farmacéutica y la ONG.