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¿Reconocerá la ONU un Estado palestino?: el Consejo de Seguridad lo vuelve a debatir
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Tras recibir una carta de petición por parte de la representación palestina en Naciones Unidas, encomendada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) el pasado 3 de abril, el Consejo de Seguridad iniciará los procesos de discusión sobre el tema. La carta pide que los Territorios Palestinos, denominados por la ONU como Estado observador no miembro de Naciones Unidas, se convierta en Estado miembro con pleno derecho dentro de la Organización. La misiva alude a que en la actualidad 140 países de la ONU reconocen al Estado palestino. Brasil, Suecia, Polonia, Colombia y Egipto son algunas de las naciones que reconocen la existencia de Palestina como un Estado.
A primera hora del 8 de abril, los 15 miembros actuales del Consejo de Seguridad (diez rotativos y cinco permanentes) darán inició a conversaciones para formar un comité especializado que la Carta de las Naciones Unidas exige ante cualquier petición de adhesión. Más tarde, el secretario general, António Guterres, leerá públicamente la carta con la petición palestina. “Queremos la admisión. Es nuestro derecho natural y legal”, expresó Riyad Mansour, representante de Palestina ante la ONU, el pasado 3 de abril, momentos después de entregar la carta al presidente actual del Consejo de Seguridad, que por el mes de abril es Malta.
El protocolo que Naciones Unidas ha creado para aceptar nuevos aspirantes a pertenecer oficialmente a la institución es complejo y lleno de matices. El primer paso es la recepción oficial de una petición por parte del aspirante a pertenecer a la institución, usualmente materializada en una carta. Con el primer paso realizado, la responsabilidad recae en los miembros del Consejo de Seguridad, que tienen el deber de formar un comité especializado para analizar el caso, redactar un informe, y devolverlo al Consejo de Seguridad para que vote si acepta, o no, en primera instancia, a la parte aspirante.
Para que la votación sea exitosa, 9 de los 15 miembros del órgano ejecutor tienen que dar luz verde a la adhesión, contando también con que ninguno de los cinco miembros permanentes del Consejo (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) veten la decisión. En caso de que la respuesta del Consejo de Seguridad sea positiva, la propuesta va directo a la Asamblea General, donde dos tercios de los 193 Estados miembro deben dar su favor al país aspirante. De concretarse, la solicitud regresa al Consejo de Seguridad una vez más para la votación final, que materializa la entrada del Estado solicitante.
Desde el año 2000, solo cuatro países han sido aceptados como nuevos miembros activos en Naciones Unidas, completando la plantilla actual de 193 Estados. En 2002, Suiza completó su adhesión al organismo, tras poner fin a una inusual situación de ‘neutralidad internacional’. Suiza, a pesar de ser reconocido como Estado y ser sede de numerosos organismos mundiales, no se había adherido formalmente a la ONU. En el mismo año, después de un difícil proceso de paz, comandado por el célebre diplomático Sergio Vieira de Mello, Timor Oriental logro su independencia de Indonesia, impulsando poco tiempo después su admisión a Naciones Unidas.
Tras proclamar su independencia de Serbia en 2006, Montenegro se presentó para ser parte de la familia de Estados el 3 de junio de ese año. 25 días después, Montenegro, que había sido parte de la extinta Yugoslavia, consolidó su pertenencia a la ONU. El último caso de adhesión hasta la fecha fue el de Sudán del Sur, en 2011, que consumó su independencia de Sudán y consiguió ser el Estado número 193 en la lista de miembros de Naciones Unidas solo una semana después de su declaración de independencia. Sin embargo, el futuro de la solicitud palestina parece todavía incierto.
El historial del pueblo palestino por buscar el reconocimiento formal de Naciones Unidas como un Estado-Nación en plenas funciones se remonta a la creación del Estado de Israel. Naciones Unidas propuso desde los primeros años de su creación en 1945, tras el fallo de la extinta Liga de las Naciones, una solución de dos Estados para la situación de Palestina. En 1947, con la resolución 181, la ONU impulso poner fin al mandato británico en la zona y consumar la independencia con la creación de dos Estados, uno árabe y otro judío, para la coexistencia pacífica de las poblaciones. En 1948, el Estado de Israel culminó su creación, pero el Estado palestino no pudo hacer lo mismo.
Tras múltiples guerras entre israelíes y palestinos, junto con la comunidad árabe, Naciones Unidas impulsó la resolución 338 de 1973, en la que exigió el inicio de las conversaciones de paz entre ambos frentes, subrayando los derechos fundamentales de la población palestina a crear un Estado soberano. Un año después, en 1974, la Asamblea General de Naciones Unidas aceptó a la primera representación palestina dentro del organismo, dotando a la Organización de Liberación de Palestina (OLP) con la figura de ‘observador’ dentro de la Asamblea, así como distintas conferencias de la institución.
La posibilidad de admisión de Palestina no volvió a ser un tema de conversación hasta el 2011. Mahmud Abbas, líder de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, y representante de la causa palestina a nivel internacional, envió una solicitud formal al Consejo de Seguridad para convertir a los Territorios Palestinos en Estado miembro de la ONU, lo que le garantizaría al pueblo palestino el reconocimiento explícito de la comunidad internacional, con la formación de un Estado.
Sin embargo, el primer intento palestino no tuvo éxito. La solicitud no obtuvo el consenso para lograr los 9 votos necesarios dentro del Consejo -debido a la negativa de Estados Unidos y a las abstenciones de otros seis países-, lo que evitó que se llegara a votar la propuesta y se materializara el sueño del Estado palestino en ese momento. Aunque un año después, la ONU facultó a los Territorios Palestinos como un Estado observador no miembro de Naciones Unidas. Una condición específica dentro de la institución y sus normas, ya que solamente el Vaticano comparte ese estatus, mismo que no significa el reconocimiento generalizado de ser Estados consolidados.
Hoy, la situación no parece tan distinta de 2011. Con la intensificación de las hostilidades israelíes dentro de los Territorios Palestinos a partir del atentado del pasado mes de octubre en Israel propiciado por Hamás, Tel Aviv ha perdido legitimidad dentro de la arena internacional. Esto ha provocado que hasta sus aliados más cercanos, incluido Estados Unidos, estén ejerciendo presión para que detenga la masacre de civiles y Washington ha manifestado reiteradamente estar a favor de la creación de un Estado palestino. Sin embargo, la Casa Blanca ha asegurado que las negociaciones para la creación de dicho Estado deberían llevarse a cabo “entre las partes” y no en Naciones Unidas.
Los apoyos de Rusia y China a la adhesión palestina a Naciones Unidas parecen seguros, mientras que Francia y el Reino Unido podrían unirse a la aprobación, ya que, aunque son tradicionalmente aliados de Tel Aviv, las decisiones más recientes del Gobierno de Benjamin Netanyahu los ha llevado a impulsar una solución política, con París abogando por la creación de un Estado palestino. Así las cosas, el que se vislumbra como el principal obstáculo para que Palestina sea el Estado número 194 de Naciones Unidas es Estados Unidos.
Pese a que la Administración Biden ha hecho un llamado al cese al fuego inmediato en los últimos días, la representación de Washington en el Consejo de Seguridad vetó tres resoluciones referentes a un alto al fuego en la Franja de Gaza en los últimos seis meses, pese a haber promovido otra que fue vetada por China y Rusia, que alegaron que se trataba de una propuesta difusa. Ahora, algo similar podría ocurrir con la petición del Estado Palestino, por parte de Washington.
De ser aceptado como un Estado miembro con pleno derecho en Naciones Unidas, los palestinos lograrían consumar su lucha histórica por ser reconocidos por la comunidad internacional como un Estado formal, ya que los únicos que pueden ser miembros del organismo son Estados consolidados. Lo anterior facultaría al pueblo palestino de soberanía nacional, lo que facilitaría la entrada humanitaria de Naciones Unidas en sus territorios, además de complicar el actuar de Israel dentro de la Franja de Gaza o la Cisjordania ocupada.
El asentamiento del Estado palestino posiblemente también daría pie a un proceso de paz comandado por fuerzas internacionales, como pasó en Timor Oriental, que finalmente podría conllevar a un alto al fuego definitivo dentro del territorio, así como el fin de los ataques a zonas civiles, hechos por los que Israel enfrenta una demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia, el ente jurídico de la ONU. Entre tanto, el proceso de deliberación dentro del Consejo de Seguridad tiene fecha de inicio, y no será hasta después de algunas semanas que el mundo podrá ver si la comunidad internacional finalmente da su aval para que un Estado llamado Palestina sea parte de la ONU.
Via: france 24