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Suecia alcanza un hito histórico y se perfila como el primer país libre de humo
Suecia está redefiniendo la lucha contra el tabaquismo. Su modelo, centrado en la reducción de daños y el acceso a alternativas seguras, ha convertido a este país nórdico en el nuevo referente global de salud pública. Un ejemplo que demuestra que la innovación puede salvar vidas sin imponer prohibiciones.
Suecia marcó un antes y un después en la salud pública mundial al reducir su tasa de fumadores adultos a menos del 5%. Esto la proyecta como la primera nación “libre de humo”. Este logro, impulsado por políticas innovadoras y un enfoque en la reducción de daños, ha despertado la atención global y encendido el debate dentro de la Unión Europea.
Un modelo que desafía las estadísticas
De acuerdo con el movimiento Smoke Free Sweden y proyecciones del economista David Sundén, Suecia alcanzó el estatus de “país libre de humo”. Esto fue posible al reducir el número de fumadores diarios por debajo del umbral internacionalmente reconocido del 5%. Los últimos datos oficiales de la Agencia de Salud Pública de Suecia reportaron un 5.3% de fumadores adultos en 2024. Además, las proyecciones para 2025 confirman que el país ya habría cruzado ese límite.
El movimiento considera este avance como uno de los mayores logros de salud pública de la era moderna. Para el Dr. Delon Human, líder de Smoke Free Sweden, el resultado demuestra que la ciencia y la innovación pueden coexistir con la libertad individual:
“Suecia ha demostrado al mundo cómo eliminar el consumo de tabaco sin coerción ni estigmas, permitiendo que los fumadores adultos cambien a alternativas más seguras como el snus, las bolsas de nicotina y los vapeadores”, afirmó.
¿Qué hay detrás del éxito?
Suecia ha logrado lo que parecía imposible gracias a una estrategia basada en reducción de daños y políticas públicas sostenidas en la evidencia científica. En lugar de prohibir, el país promovió opciones menos riesgosas. Acompañó estas medidas con campañas de educación, regulación de espacios libres de humo y acceso controlado a productos alternativos de nicotina.

Los resultados hablan por sí solos: la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón en hombres es un 65% menor al promedio de la Unión Europea, según datos de la OCDE y la Comisión Europea. Al mismo tiempo, la mortalidad general por cáncer es cerca de un tercio más baja. Estos indicadores consolidan a Suecia como un ejemplo de cómo combinar salud pública con políticas pragmáticas.
Europa, entre la admiración y la controversia
A pesar del éxito, el modelo sueco enfrenta tensiones dentro del bloque europeo. Propuestas recientes de la Comisión Europea contemplan aumentos sustanciales de impuestos a productos de nicotina considerados más seguros, como las bolsas o los dispositivos de vapeo. De aprobarse, estos incrementos podrían elevar los precios hasta un 700% en Suecia. Esto —según Smoke Free Sweden— representaría un retroceso en la política de salud y un golpe directo a los consumidores que buscan alternativas al cigarrillo tradicional.
El Dr. Human advierte que Bruselas debería aprender del modelo sueco en lugar de castigarlo:
“Medidas punitivas como estas serían un ataque directo a uno de los modelos de reducción de daños más efectivos jamás creados. En lugar de revertirlo, la Unión Europea debería proteger este progreso”.
Un ejemplo global ante la OMS
El anuncio llega justo cuando los gobiernos se preparan para participar en la Conferencia de las Partes (COP11) del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, que se celebrará en Ginebra. En ese foro, se espera que Suecia sea citada como un referente. El objetivo es mostrar cómo la innovación regulatoria puede salvar vidas y reducir la carga sanitaria del tabaquismo.

El movimiento Smoke Free Sweden ha hecho un llamado a los responsables de políticas públicas del mundo a reconocer que la reducción de daños funciona. Ello invita a considerar la experiencia sueca como guía para diseñar estrategias más realistas y compasivas.
Más allá de un logro estadístico
La historia de Suecia no solo trata de números, sino de una transformación cultural. El país logró sustituir la prohibición por la educación, el castigo por la prevención y la condena por la empatía. Este equilibrio entre ciencia, innovación y responsabilidad social ha permitido salvar miles de vidas, inspirando a otros países a seguir su camino.
“Los suecos son la prueba de que la innovación y la compasión salvan vidas. El siguiente desafío es garantizar que este progreso no se pierda”, concluyó el Dr. Human, ex secretario general de la Asociación Médica Mundial.





