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Una nueva tormenta geomagnética impacta la Tierra
Entre los impactos más visibles de la tormenta G4, se pueden reportar, por ejemplo, interrupciones en la propagación de radio de alta frecuencia y degradación de la navegación por satélite durante varias horas.
Una tormenta geomagnética de nivel G4, clasificada como severa, afecta a la Tierra.
En un comunicado, desde la institución, explicaron: “Entre el 8 y el 10 de agosto de 2024, se observaron cinco eyecciones de masa coronal (CME) que salían del Sol, lo que provocó alertas de tormenta geomagnética. Las CME llegaron a la Tierra durante el fin de semana (11 y 12 de agosto). Las CME, que son erupciones masivas de material solar, pueden desencadenar tormentas geomagnéticas al llegar a la Tierra, lo que podría afectar a varias tecnologías”.
El SWPC ha mantenido una comunicación continua con los centros de coordinación de confiabilidad de la red eléctrica.
A grandes rasgos, una tormenta geomagnética se produce cuando el viento solar, cargado de partículas y energía, interactúa de manera efectiva con la magnetosfera terrestre. Esta interacción provoca cambios drásticos en las corrientes y campos magnéticos que rodean la Tierra. En esta ocasión, la tormenta alcanzó el nivel G4, el segundo más alto en la escala de la NOAA, indicando un fenómeno de gran severidad.
En tanto, las auroras boreales, un fenómeno común en estos eventos, fueron observadas en latitudes como Alabama y el norte de California. Esta medida busca prevenir posibles interrupciones en el suministro de energía y mitigar los efectos adversos en la infraestructura crítica.
Eventos como esta tormenta G4 no son inéditos. En mayo pasado, una serie de tormentas geomagnéticas también causaron un aumento en la actividad auroral en diversas partes del mundo. Estos fenómenos son seguidos de cerca por la comunidad científica, dado su potencial para interferir con las comunicaciones, la navegación y otros sistemas tecnológicos esenciales.
Los especialistas del MIT indicaron que la tormenta solar masiva deshabilitó temporalmente los sistemas de seguridad para prevenir colisiones en la órbita terrestre baja.
“Las tormentas geomagnéticas tienen el potencial de causar graves interrupciones y fallas en infraestructuras terrestres y espaciales críticas para la seguridad.
Y agregaron: “Esas mismas corrientes inducidas también pueden causar fallos repentinos en la electrónica de los satélites en órbita. Ahora, la Tierra sufrió la mayor tormenta geomagnética en más de 20 años. Y desde la última gran tormenta en 2003, la población de satélites en órbita terrestre baja ha aumentado tras la comercialización de servicios espaciales y el establecimiento continuo de constelaciones LEO proliferantes”.
Via: infobae