Autoridades confirman cierre temporal de inhumaciones en el Cementerio General por falta de espacio

El Cementerio General, uno de los recintos funerarios más emblemáticos de la capital guatemalteca, ha alcanzado su capacidad máxima. A partir del 21 de abril, no se permitirá el ingreso de nuevos entierros, según informó el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).

La decisión fue comunicada mediante una circular oficial distribuida el domingo a las funerarias del país. El documento detalla que la suspensión es indefinida y se debe a la total ocupación de los nichos disponibles en este camposanto ubicado en la zona 3 de la ciudad.

Ante esta situación, el MSPAS iniciará un proceso de evaluación para implementar medidas que permitan liberar espacio. Una de las opciones que se contempla es la exhumación de restos que hayan cumplido su plazo reglamentario, lo cual generaría debate entre sectores que consideran esta práctica como un irrespeto a la memoria de los difuntos.

Traslado temporal de entierros a La Verbena

Mientras se encuentra una solución definitiva, los sepelios serán redirigidos al Cementerio La Verbena, en la zona 7. Este traslado comenzará el martes 22 de abril y se mantendrá vigente hasta nuevo aviso. Las autoridades buscan evitar interrupciones en los servicios funerarios públicos.

El Cementerio General es considerado un sitio de gran valor histórico y cultural. Inaugurado en 1878 bajo el mandato del general Justo Rufino Barrios, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en agosto de 1998. Actualmente ocupa 26 manzanas de terreno y alberga más de 31,000 nichos.

Un cementerio con historia

Más allá de su función como camposanto, el Cementerio General es un testimonio arquitectónico y social de la historia de Guatemala. En él reposan figuras como el propio Justo Rufino Barrios, la maestra y mártir María Chinchilla Recinos, y María García Granados, fuente de inspiración para el poema “La niña de Guatemala” del poeta José Martí.

El lugar cuenta con calles, avenidas arboladas y una estructura urbana que ha llevado a los vecinos a describirlo como “la ciudad de los muertos”. Su mantenimiento y administración dependen en gran parte del presupuesto anual del MSPAS, que también gestiona otros tres cementerios en la capital. Sin embargo, cerca del 70% de los recursos asignados se destinan al pago de salarios, lo que limita inversiones en infraestructura y ampliación.