EE.UU. ofrece US$5 millones por “Haroldito”, el fugitivo del clan Lorenzana

El Departamento de Estado de Estados Unidos elevó la apuesta en la cacería contra el narcotráfico en Centroamérica: ofrece US$5 millones por información que lleve a la captura de Haroldo Waldermar Lorenzana Terraza, alias “Haroldito”, uno de los últimos eslabones del poderoso Clan Lorenzana, históricamente vinculado al Cartel de Sinaloa.

La recompensa, anunciada este mes, supera con creces los Q50 mil (unos US$6,400) que ofrece Guatemala por el mismo objetivo. Lorenzana Terraza, de 35 años, figura en la lista de los 100 más buscados del Ministerio de Gobernación guatemalteco y es señalado por tráfico de cocaína hacia EE.UU.

El Legado Criminal de los Lorenzana

“Haroldito” no es un delincuente cualquiera: es hijo de Haroldo Geremías Lorenzana, arrestado en 2019 y pendiente de sentencia en EE.UU., y sobrino de Marta Julia Lorenzana, condenada a 33 años de prisión en marzo de 2024 por narcotráfico. La familia opera desde La Reforma, San Marcos (Guatemala), y, según la DEA, desde 1996 movilizó toneladas de cocaína desde Colombia hasta México y EE.UU.

El patriarca del clan, Waldemar Lorenzana Lima (“El Patriarca”), murió en prisión en EE.UU. cumpliendo una condena de 23 años. Tres de sus hijos —Marta Julia, Eliu Elixander y Waldemar— ya están tras las rejas, mientras que Ovaldino Lorenzana (56) sigue en paradero desconocido.

Conexión con el Cartel de Sinaloa

El gobierno estadounidense enfatiza que los Lorenzana colaboraron con el Cartel de Sinaloa, designado como organización terrorista en 2024. Esta alianza permitió el control de rutas de droga hacia territorio norteamericano, consolidando su poder en Zacapa y Petén, donde el Ministerio Público de Guatemala ha incautado 47 propiedades del clan desde 2015.

La Sangre y el Dinero

La familia no solo ha perdido su imperio criminal, sino también a uno de los suyos: Hans Broiner Lemus Lorenzana, hijo de Marta Julia, fue asesinado en un ataque armado en 2022. Mientras, “Haroldito” sigue prófugo, convirtiéndose en uno de los blancos prioritarios de la DEA.