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Juan Ramón Aguilar: “la resiliencia comienza con uno mismo, también las comunidades deben ser resilientes”
Durante la segunda edición del Congreso de Economía Circular y Biodiversidad, Juan Ramón Aguilar, Gerente de gestión ambiental de Progreso, impartió la conferencia “Infraestructura resiliente, adaptación a la variación del clima” donde se dieron las definiciones de conceptos como economía circular, variabilidad climática e infraestructura resiliente.
Asimismo, se instó a los asistentes del evento a realizar propuestas y proyectos enfocados a infraestructura resiliente. Aunque antes de ello, realizar estudios y conocer el contexto de Guatemala con relación a problemáticas climáticas, así como reconocer las iniciativas puestas en marcha.
La circularidad se caracteriza por:
- Disminución de insumos y mejor empleo de recursos naturales
- Mayores niveles de cooperación en el uso de la energía, recursos renovables y de reciclaje
- Disminución de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por eficiencia ambiental
- Mantenimiento del valor de los productos, componente y materiales
Asimismo, la economía circular cuenta con tres principios básicos: optimización de recursos, fomento de la eficiencia del sistema y preservación y mejora del capital natural.
También, se habló sobre la variabilidad climática como el reparto natural de la energía en el sistema climático.
De acuerdo con Aguilar, la variabilidad climática es un concepto que debe entenderse con datos y acciones humanas. Así determinar qué decisiones debe tomar las comunidades, las empresas y la administración pública para adaptarse a los cambios que tiene el planeta.
La variabilidad climática se debe a el eje de rotación y traslación de la Tierra, el albedo e inercia térmica y las corrientes de transporte térmico.
Infraestructura resiliente
Este es un concepto compuesto por dos ideas que se combinan. Por un lado, la definición de infraestructura adecuada. La ciudadanía necesita el suministro de agua, energía eléctrica, vías optimas, educación, salud, seguridad, alimentos, etcétera. Mientras, la resiliencia es la capacidad de un ecosistema en recuperarse después de haber sido afectado por causas naturales o humanas.
“La infraestructura resiliente es prevención, absorción, recuperación y adaptación oportuna y eficiente de las estructuras y funciones esenciales de la infraestructura expuesta a eventos externos”
Además, posee un componente social, ambiental y económico.
Guatemala
Juan Ramón motivó a los participantes del II Congreso de Economía Circular y Biodiversidad, organizado por el Centro Guatemalteco de Producción Más Limpia (CGP+L) y la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), a conocer el contexto nacional con relación a contaminación y a nivel mundial.
“Del Acuerdo de París [del Cambio Climático] se obtuvieron dos líneas de trabajo: adaptación y mitigación… Aunque todos los países se dedicaron a mitigar, en consecuencia no hay infraestructura resiliente” – Aguilar
Por un lado, la mitigación involucra la intervención humana encaminada a reducir las fuentes de emisiones de GEI y potenciar los sumideros de carbono. Mientras, la adaptación es el desarrollo de soluciones de adaptación e implementar acciones para responder a los impactos presentes y futuros de la variación climática.
Aguilar explicaba que en Guatemala se trabaja en mitigación, pero se ha dejado de lado la adaptación. Esta tendencia a sido a nivel mundial. Los países con mayores índices de emisiones deben dedicarse a la mitigación, mientras el resto debería realizar esfuerzos para la gestión de desastres e infraestructura resiliente.
Se destacó que las emisiones producidas por Guatemala en 30 años no se compara en lo producido por países como China y Estados Unidos en un año.
Por ende, el país debe invertir en infraestructura con un enfoque resiliente.
“Un estudio de la CEPAL dice que todos los países de Latinoamérica deberían de invertir el 3% del gasto público en infraestructura, no la resiliente, la realidad de Guatemala hoy, estamos invirtiendo alrededor del 0.6% solo para darle mantenimiento en nuestra infraestructura. No hay una visión de inversión. Existen muchos planes de generar una conectividad muy interesante, valdría la pena explorar para incluir el contexto de la infraestructura resiliente, lo que puede generar empleo a muchos profesionales” ,
explicó Aguilar durante su ponencia.
Gestión de riesgo
Juan Ramón Aguilar indicó que medir y analizar amenazas es clave para preparase a los eventos naturales, mientras más preciso sea el análisis, mayor será el impacto para la reducción de la vulnerabilidad y por ende, el riesgo.
Se hizo mención del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, el cual está dirigido a enfrentar el riesgo a desastres, desde una perspectiva integral donde el cambio climático es un elemento más a tomar en cuenta.
“Una invitación a que todos hagan sus propios análisis, trasladándolos a cifras, donde se encontrarán realidades y concepciones distintas. Hay que entender donde está Guatemala en términos de cambio climático para empezar a tomar decisiones hacia donde queremos llevar a Guatemala”.
destacó Aguilar.
Aguilar promovió a pensar en el futuro para que los jóvenes, empresarios y autoridades públicas tengan una visión para los próximos 50 años. Temas como el agua, el tránsito, los desechos, etc. deben ser planificados desde ahora.
“No podemos seguir pensando a corto plazo… Tienen que haber condiciones diferentes, planificación diferente, personas visionarios que den una solución distinta”,
concluyó.