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Más de medio millón de vidas transformadas: Proyecto de la Unión Europea, UNICEF y el Gobierno de Guatemala deja huella en la lucha contra la desnutrición crónica
La desnutrición crónica no es solo un tema de salud, es un asunto de justicia social y desarrollo humano. Apostar por la primera infancia no es un gasto, es la inversión más inteligente para construir un país más justo y próspero.

Hoy por la mañana, Guatemala fue testigo de un logro histórico en la lucha contra la desnutrición crónica infantil. Durante el evento “Traspasando Generaciones”, la Unión Europea, UNICEF y el Gobierno de Guatemala presentaron los resultados finales del proyecto “Estrategia Integral para Combatir la Desnutrición Crónica”. Esta iniciativa, en solo cuatro años, transformó la vida de más de medio millón de personas.
En un país donde la desnutrición crónica afecta a casi la mitad de los niños menores de cinco años (46.5%, según el último informe de UNICEF y SESAN), este proyecto no solo llevó alimentos y servicios básicos. También construyó capacidades en comunidades y fortaleció servicios de salud. Además, dejó establecida una Política Pública de Desarrollo Integral de la Primera Infancia 2024-2044, ahora declarada prioridad nacional.
¿Quiénes lo hicieron posible?
El esfuerzo fue posible gracias a un modelo de trabajo articulado que reunió a:
- La Unión Europea, quien financió el proyecto con recursos de cooperación internacional.
- UNICEF, que diseñó e implementó la estrategia técnica.
- El Gobierno de Guatemala integró estas acciones en sus ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social. Esto aseguró que algunas medidas, como las Brigadas Integrales de Salud y Nutrición, se convirtieran en programas oficiales.
- Las comunidades, quienes participaron activamente y hoy son protagonistas del cambio.
¿Dónde se desarrolló el proyecto?
La intervención se concentró en 22 municipios priorizados de Huehuetenango, Quiché, Chiquimula y Alta Verapaz. Estos departamentos han sido históricamente golpeados por la desnutrición crónica y la pobreza extrema. En estas regiones, las niñas y niños enfrentan no solo falta de alimentos, sino también acceso precario a agua segura y saneamiento deficiente. Además, hay limitado acceso a educación y salud.


¿Cuándo y por qué surge la iniciativa?
El proyecto arrancó en 2021, en medio de un contexto complicado. La pandemia del COVID-19 agravó las condiciones de pobreza. Además, el paso devastador de las tormentas Eta e Iota incrementó las dificultades. Frente a este panorama, la Unión Europea y UNICEF identificaron la urgente necesidad de intervenir con una estrategia integral. Esta no solo debía atender el hambre inmediata, sino también atacar las causas estructurales de la desnutrición crónica.
¿Cómo se logró el impacto?
- 2,000 comadronas certificadas como Promotoras de Lactancia Materna, promoviendo la nutrición desde el primer día de vida.
- Creación de 22 Brigadas Integrales de Salud y Nutrición, adoptadas oficialmente por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Estas brigadas atendieron a más de 34,000 niñas y niños con desnutrición.
- Transformación de 11 hospitales en Hospitales Amigos de la Lactancia Materna, garantizando un parto respetado y seguro para más de 22,000 madres al año.
- Certificación de 1,300 comunidades como libres de contaminación fecal, beneficiando a 392,000 personas con acceso a agua segura y saneamiento adecuado.
- Expansión de la cobertura de 750 Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil Integral (CECODIIs), del programa Acompáñame a Crecer. Atendieron a más de 21,000 niñas y niños en estimulación temprana y aprendizaje inicial.
- Capacitación de 430 funcionarios municipales en manejo de estadísticas y datos y 360 en planificación y administración financiera, fortaleciendo la inversión local en infancia.
- Implementación de 10 proyectos catalíticos en comunidades, beneficiando directamente a más de 7,000 personas.
Capacitación de 2,800 Agentes de Cambio en comunicación para el cambio social y comportamental.
Una hoja de ruta para el futuro
El logro más destacado fue la elaboración y aprobación de la Política Pública de Desarrollo Integral de la Primera Infancia 2024-2044. Esta política ahora es prioridad nacional. Servirá como hoja de ruta para asegurar que la primera infancia sea el centro de las políticas sociales durante los próximos 20 años.
Lo que dijeron los protagonistas
Durante el evento, las principales autoridades compartieron su visión y compromiso con el tema:


Karin Herrera, Vicepresidenta de Guatemala
“Este es el camino que debemos seguir como país. Si queremos romper el círculo de pobreza, tenemos que empezar desde el primer día de vida de cada niño y niña. Esta política pública es una oportunidad histórica para que todos los sectores trabajemos juntos por la primera infancia. Guatemala lo necesita.”


Thomas Peyker, Embajador de la Unión Europea en Guatemala
“Invertir en la infancia es invertir en el presente y el futuro de Guatemala. Este proyecto nos demuestra que, trabajando juntos, es posible cambiar realidades. No hay inversión más rentable que la que hacemos en nuestros niños y niñas.”


Manuel Rodríguez Pumarol, Representante de UNICEF en Guatemala
“Hemos avanzado, pero aún queda mucho por hacer. La desnutrición crónica sigue siendo uno de los principales desafíos para la niñez guatemalteca. Erradicarla requiere inversión sostenida y un compromiso firme de todos los sectores. Agradecemos al Gobierno y a la Unión Europea por confiar en UNICEF para este esfuerzo colectivo.”
Un reto que no termina
Aunque los resultados son alentadores, el desafío es enorme. Según el informe más reciente de SESAN y UNICEF, el 46.5% de la niñez guatemalteca menor de 5 años sufre desnutrición crónica, uno de los índices más altos de toda América Latina. Esto implica que casi uno de cada dos niños no alcanza su desarrollo físico y cognitivo óptimo. Así, se limitan sus oportunidades de futuro.
El proyecto Estrategia Integral para Combatir la Desnutrición Crónica demostró que cuando cooperación internacional, gobierno y comunidades trabajan juntos, el cambio es posible. No obstante, el verdadero éxito no será solo este cierre, sino la continuidad y escalabilidad de las acciones. De esta forma, cada niña y niño en Guatemala, sin importar dónde nazca, tendrá la misma oportunidad de crecer sano, aprender y soñar en grande.