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Satélites revelan zonas críticas tras sismos en Guatemala
Tecnología satelital expone las áreas más vulnerables a derrumbes tras los recientes sismos en Guatemala.
Una herramienta satelital del sistema Copernicus, de la Unión Europea, identificó once zonas de alto riesgo de deslaves en Guatemala luego de la serie de sismos que sacudieron el país desde el pasado 8 de julio de 2025.
El análisis se realizó tras el evento sísmico principal de magnitud 5.6 y ofrece información importante para prevenir desastres en comunidades que combinan terrenos inestables con cobertura vegetal deteriorada.
Este monitoreo por satélite se activó a solicitud de Guatemala y fue interpretado por el experto Fernando Roque, director de la firma Lux Sigma y colaborador científico de Copernicus y ESRI/ArcGIS. Roque explicó que el mapeo consideró tres variables fundamentales: ubicación de los epicentros, inclinación del terreno y estado de la cobertura forestal.
Áreas con mayor vulnerabilidad
Las zonas más comprometidas están distribuidas en los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Guatemala. Entre los municipios destacados con mayor riesgo se encuentran Santa María de Jesús, Jocotenango, Antigua Guatemala, San Lucas Sacatepéquez, Villa Nueva, Mixco, Amatitlán, Santa Catarina Pinula y San Miguel Petapa.
En particular, Santa María de Jesús está ubicada al pie del volcán de Fuego, bajo una pendiente superior a 30 grados, lo que la convierte en un punto de alta alerta, especialmente en temporada de lluvias. Jocotenango y San Bartolomé Milpas Altas también presentan condiciones similares que incrementan el peligro ante nuevos sismos o tormentas.
Roque subrayó que “el deterioro de la cobertura vegetal en muchas de estas zonas incrementa la posibilidad de deslizamientos, porque los suelos pierden estabilidad sin raíces que los retengan”. Asimismo, Palín y San Vicente Pacaya, en Escuintla, fueron catalogados como municipios en riesgo por su ubicación en contrapendientes vulnerables.
Tecnología para salvar vidas
El sistema Copernicus utiliza satélites Sentinel equipados con radar de apertura sintética (SAR), una tecnología avanzada que permite detectar desde el espacio deslizamientos de tierra, cambios topográficos y áreas afectadas por fenómenos naturales como sismos, tormentas y erupciones volcánicas.
Este tipo de información es vital para las autoridades de protección civil y socorro, ya que permite trazar mapas de riesgo en tiempo real y diseñar estrategias de evacuación o mitigación con base en datos científicos. El análisis satelital también complementa el monitoreo local del Insivumeh, que reportó los movimientos telúricos a través de sus estaciones de alta precisión.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo de magnitud 5.6 ocurrió a las 15:41 del martes 8 de julio, precedido por un temblor de 5.2 a las 15:11 y seguido por otro de 5.0 a las 15:54. Todos fueron sensibles en la región central del país y provocaron alarma en varios municipios.
Consecuencias ambientales y económicas
El estudio resalta no solo el riesgo humano, sino también el impacto económico. Muchas de las zonas afectadas dependen de la agricultura, especialmente el cultivo de café. Según datos del Ministerio de Agricultura, estas regiones poseen suelos con uso mixto: bosque y cafetales. La pérdida de vegetación no solo agrava los riesgos, sino que pone en peligro medios de vida fundamentales para cientos de familias.
Por el contrario, municipios como San Lucas Sacatepéquez y Santa Lucía Milpas Altas fueron señalados como ejemplos positivos, gracias a la conservación de su cobertura vegetal, que ha demostrado ser una barrera natural frente a deslizamientos, incluso durante la sequía extrema de mayo de 2024, el mes más seco en una década.
Alerta sigue activa
Hasta el viernes 11 de julio, la plataforma Copernicus mantiene como zonas activas de riesgo a San Lucas Sacatepéquez, áreas aledañas al Aeropuerto Internacional La Aurora, y sectores de Santa María de Jesús y Escuintla.