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Sismos no dan tregua: más de 1,400 en tres semanas y seguirán hasta octubre

Más de 1,400 sismos han sacudido la región central de Guatemala desde el 8 de julio. El Servicio Sismológico de Guatemala advierte que la actividad sísmica podría continuar hasta octubre, producto de una compleja interacción de fallas tectónicas.

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Sismos no dan tregua más de 1,400 en tres semanas y seguirán hasta octubre
Foto: Centra News

La actividad sísmica en la región central de Guatemala continúa siendo motivo de atención para las autoridades y la población. Según el más reciente boletín del Servicio Sismológico de Guatemala (SSG), adscrito a la Universidad Mariano Gálvez, entre el 8 y el 25 de julio de 2025 se han registrado más de 1,460 sismos en los departamentos de Escuintla, Guatemala y Sacatepéquez, y se prevé que la actividad persista hasta al menos octubre.

El evento principal ocurrió el 8 de julio a las 15:41 horas, con una magnitud de 5.6 grados, precedido por un sismo premonitor de 4.8 y acompañado por una secuencia de al menos 43 eventos precursores. Desde entonces, la red de monitoreo ha registrado un promedio diario de 26 temblores, con días que han alcanzado hasta 31 movimientos telúricos.

El comportamiento de esta secuencia responde, según los expertos del SSG, a una compleja deformación tectónica regional. Guatemala se sitúa en una zona de intensa interacción entre las placas de Cocos, del Caribe y de Norteamérica, lo que genera un escenario propicio para eventos de esta naturaleza.

Dos sistemas de fallas están involucrados

El informe técnico del SSG establece que los sismos detectados no se originaron en una única falla, sino que obedecen a la activación de al menos dos sistemas geológicos distintos, cuyos epicentros presentan alineaciones ortogonales (NE-SW y NW-SE). Estos patrones reflejan un nivel de complejidad tectónica inusual y explican la persistencia de la actividad sísmica.

La falla de Jalpatagua ha sido identificada como una de las principales responsables del evento del 8 de julio, aunque no se descarta la influencia de otras estructuras activas en la región. Los sismos han sido localizados principalmente en los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Guatemala, pero también se han identificado réplicas vinculadas al fenómeno en áreas cercanas de México, Belice y El Salvador.

La actividad sísmica podría prolongarse

Aplicando la Ley de Omori-Utsu, modelo matemático que describe el descenso en la frecuencia de réplicas tras un sismo principal, el SSG estima que la actividad podría reducirse a menos de un evento diario entre finales de septiembre y principios de octubre. Sin embargo, los científicos advierten que se trata de una proyección conservadora y que factores tectónicos adicionales podrían extender la secuencia sísmica más allá de lo previsto.

Aunque el número de temblores había mostrado una tendencia a la baja, el 25 de julio se reportó un nuevo repunte, lo que rompió la aparente estabilidad. Este comportamiento cíclico —disminuciones seguidas de picos de actividad— es consistente con secuencias sísmicas registradas anteriormente en el país, como las de 2019 y 2023.

No hay evidencia de origen volcánico

Uno de los aspectos importantes señalados en el informe es que, pese a la cercanía de varios volcanes activos, no se ha detectado evidencia de actividad magmática asociada a estos sismos, lo que confirma que su origen es puramente tectónico. Esto descarta, por el momento, una relación directa con procesos volcánicos.

Nuevo foco sísmico en Jocotenango

Además del enjambre que ha sacudido la región central, el SSG alertó sobre una nueva secuencia sísmica en Jocotenango, Sacatepéquez, que aún no forma parte del informe general, pero que confirma el elevado nivel de actividad tectónica que afecta al país en estos momentos. Esta nueva secuencia será analizada por separado, pero refuerza la necesidad de vigilancia constante.

Llamado a la prevención

Las autoridades del SSG recomiendan a la población mantener la calma, informarse por medios oficiales y seguir los protocolos de protección civil. A pesar de que la mayoría de los eventos han sido de baja magnitud, no se descarta la posibilidad de que se registren sismos de mayor intensidad en el marco de esta secuencia prolongada.

El boletín concluye que el patrón actual de sismicidad representa uno de los episodios más activos y complejos en los últimos años y subraya la necesidad de fortalecer los sistemas de monitoreo y preparación ante desastres en todo el país.

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