Nacionales
Terrenos de Perenco en Guatemala enfrentan invasiones tras salida de la petrolera
Tras el fin de operaciones de Perenco en el país y la devolución de los terrenos al Estado, comunidades y grupos organizados iniciaron tomas que generan preocupación por la seguridad y el futuro de estas áreas.

Luego de más de dos décadas de operaciones en Guatemala, la petrolera franco-británica Perenco concluyó sus actividades en el país y entregó al Gobierno los terrenos e instalaciones donde desarrollaba la extracción de crudo en el Parque Nacional Laguna del Tigre, en Petén.
Sin embargo, la salida de la compañía ha generado un vacío de control que ya comenzó a ser aprovechado por grupos y comunidades que iniciaron invasiones en las áreas antes ocupadas por la empresa.
Fuentes locales confirman que, en los últimos días, se registraron ingresos irregulares de personas que reclaman derechos de uso de la tierra, lo que ha encendido alarmas sobre posibles conflictos sociales y ambientales en una de las zonas más frágiles de Guatemala en materia de conservación.
El Estado, a través del Ministerio de Energía y Minas (MEM) y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), es ahora el responsable de la administración de los terrenos, lo que plantea un desafío inmediato de gobernanza.
Organizaciones ambientalistas han advertido que la presión por ocupar tierras en Laguna del Tigre podría agravar la deforestación y las actividades ilícitas, que históricamente han afectado a esta reserva natural.
“El abandono de la infraestructura de Perenco sin un plan claro de transición deja un riesgo latente para la biodiversidad y el patrimonio natural de Guatemala”, señalaron representantes de colectivos ambientalistas.
El MEM subrayó que el retiro de Perenco implica una oportunidad para el país de recuperar control sobre sus recursos, aunque reconoció que el proceso requiere coordinación con las comunidades y una estrategia de seguridad que impida nuevas ocupaciones ilegales.
El caso de Perenco reabre el debate sobre el futuro de la explotación petrolera en Guatemala y la necesidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo energético, la protección ambiental y los derechos de las comunidades que habitan en Petén.
Analistas advierten que, si el Estado no logra establecer mecanismos firmes de control y aprovechamiento, las invasiones podrían multiplicarse y generar un conflicto social de largo alcance.