Negocios y Tecnología
De las tiendas de barrio al clic: el nuevo mapa de compras en Guatemala
Incluso las tiendas de barrio han modernizado sus servicios, ofreciendo pagos digitales o entregas a domicilio. El resultado es un ecosistema híbrido donde lo digital y lo físico caminan de la mano.

Si te preguntan dónde compraste tus últimas zapatillas o esa crema para el rostro, ¿qué responderías? Algunos dirán “en la tienda de la esquina”, otros mencionarán el súper, y más de alguno dirá que lo pidió en línea. Así de mezclada está la forma de comprar en Guatemala hoy. Y no es casualidad. En los últimos años, el comercio en nuestro país cambió más rápido que nunca.
Lo digital y lo tradicional ya no compiten, ahora conviven. Los guatemaltecos combinan las compras de barrio con las promociones online y, mientras buscan ahorrar, también quieren comodidad y confianza. Así es como en 2025, el comercio electrónico dejó de ser una opción futurista y pasó a ser parte de la rutina de compra, especialmente en las ciudades más grandes.
¿Qué está pasando?
La forma de comprar está cambiando a gran velocidad en Guatemala. Lo que antes era una vuelta al mercado o la tienda de confianza, hoy es una mezcla de visitas al súper, pedidos por WhatsApp, compras flash en Facebook y envíos express desde plataformas como Pacifiko o Cemaco.
Según el 5to Estudio Nacional de Comercio Electrónico 2024 de la Cámara de Comercio de Guatemala (CCG), el 50% de los adultos guatemaltecos ya ha comprado alguna vez en línea. Y aunque el comercio digital no ha desplazado por completo a los canales tradicionales, su crecimiento es imposible de ignorar.


En 2024, el comercio electrónico generó US$2.7 mil millones, y para 2027 se espera que supere los US$5.3 mil millones, con un crecimiento anual del 26%, según proyecciones de PCMI.
¿Quiénes son los protagonistas?
Aquí no hay un solo protagonista, sino varios. Por un lado, los consumidores guatemaltecos de todas las edades se han vuelto más estratégicos a la hora de comprar. Comparan precios, revisan ofertas, buscan recomendaciones en redes sociales y se animan a probar nuevos formatos, desde apps hasta ventas en vivo por Facebook.
Por el otro lado, las empresas están adaptándose a esta nueva realidad. Los grandes retailers como Cemaco, Maxi Despensa y Guatemala Digital han reforzado sus plataformas en línea, mientras los pequeños negocios locales aprenden a usar WhatsApp Business, Facebook Marketplace e Instagram para llegar a más clientes.
¿Dónde está ocurriendo?
El corazón digital del país sigue siendo el área metropolitana, que concentra el 73% de las ventas online. Sin embargo, departamentos como Quetzaltenango, Sacatepéquez y Escuintla también están acelerando su adopción digital.
Además, el comercio electrónico transfronterizo sigue creciendo: el 68% de las compras online son en tiendas internacionales, especialmente en categorías como tecnología, moda y accesorios.
¿Cuándo empezó este boom?
Aunque el comercio electrónico ya existía antes de la pandemia, fue el confinamiento el que disparó las compras digitales. Entre 2020 y 2021, miles de guatemaltecos dieron su primer clic de compra. Y aunque las restricciones ya quedaron atrás, el hábito digital no desapareció.


En 2023 y 2024, las ventas online siguieron creciendo, impulsadas por ofertas especiales (como el Hot Sale y el Cyber Days) y por la conveniencia de recibir productos sin salir de casa.
¿Por qué es importante?
Esta transformación está reescribiendo las reglas del comercio en Guatemala. El comprador chapín es cada vez más híbrido: compra lo básico en la tienda de barrio, compara precios en el súper, y cuando ve una oferta irresistible en Facebook, saca la tarjeta o pide contraentrega.
Además, el 59% de los compradores valora más que nunca el ahorro de tiempo al comprar en línea, y el 54% todavía prefiere pagar en efectivo al recibir el producto, según la CCG. Esto demuestra que la confianza en los pagos digitales ha crecido, pero aún hay camino por recorrer.
Las 5 tendencias clave que están marcando la pauta en 2025
El reinado de las marcas privadas: En los últimos cinco años, las marcas propias de supermercados han crecido un 73% en valor, sobre todo en productos de cuidado personal y alimentos no perecederos. ¿La razón? Ofrecen buena calidad a precios más bajos.
- Híbridos por conveniencia: El guatemalteco combina. Lo fresco y urgente lo compra cerca, lo pesado o especializado lo pide en línea, y siempre está cazando ofertas.
- Redes sociales como vitrinas: El 66% de las ventas online pasan por Facebook, Instagram o WhatsApp, donde el trato directo y la confianza pesan más que una página web brillante.
- Pagos digitales en ascenso: Si bien el efectivo sigue fuerte, cada vez hay más pagos con tarjeta, transferencias y billeteras digitales como PayPal y Tigo Money.
- Promos irresistibles: Más del 70% de los compradores online dicen que las promociones exclusivas son el principal gancho para comprar en línea.


¿Y qué compran los guatemaltecos en línea?
Según el Estudio Nacional de Comercio Electrónico, los productos estrella son:
- Accesorios para celulares y gadgets (51%)
- Alimentos y bebidas (51%)
- Cosméticos y cuidado personal (42%)
- Apps, software y suscripciones digitales (57%)
Además, las farmacias online han crecido, y cada vez es más común pedir medicinas por WhatsApp o apps especializadas.
Los retos pendientes: inclusión y confianza
No todo es perfecto. Aunque las cifras impresionan, hay un dato clave: solo el 29% de los guatemaltecos usa internet de forma regular, y muchas comunidades rurales siguen sin acceso estable o asequible a la red.
Además, la confianza en el comercio digital sigue construyéndose. Aunque la percepción de seguridad mejoró un 20% en 2024, todavía hay miedo a fraudes o productos que no cumplen expectativas. Esto obliga a las empresas a reforzar sus políticas de devoluciones, atención al cliente y transparencia en cada transacción.
El clic llegó para quedarse
Comprar en línea en Guatemala ya no es un lujo o una novedad. Es una herramienta práctica y, para muchas personas, es el nuevo normal. Las empresas que entienden este cambio y saben conectar con el consumidor híbrido, desconfiado pero curioso, ahorrador pero exigente tienen la clave para crecer en este mercado cambiante.


Lo que está claro es que el comprador chapín seguirá buscando precio, confianza y comodidad, sin importar si compra en la tienda de la esquina o en una app internacional. Porque al final, lo importante no es dónde, sino cómo y cuánto se ahorra.