Opinión
¿Puño cerrado o mano abierta?
Analicemos esta nueva y extraña forma de saludar. Se ha difundido la costumbre, desde los comienzos mismos de la pandemia, de reemplazar el tradicional modo de saludarse entre las personas. La costumbre, casi universal y que se mantenía desde muchísimo tiempo atrás, era “dar la mano”, extender el brazo y ofrecer la mano abierta a quien saludábamos, para enlazarla por unos instantes con la de la otra persona. Pero, desde 2020, mucha gente ha decidido cambiar esta larga tradición y empezar a saludarse de otro modo.
Se extiende el puño cerrado para que, la otra parte, haga lo mismo y se choquen entre sí los nudillos de las manos. Se piensa así que se reduce el contacto y que, de ese modo, se controla en algo la propagación del virus. Eso no es cierto, o lo es solo en una mínima medida. Los virus se mueven a una velocidad impresionante y cerrar la mano no ofrece más que una minúscula protección ante el contagio.
Ofrecer la mano abierta es transmitir, a la otra persona, un mensaje importante. Es decirle que no estamos armados, que vamos en paz, que no tenemos intenciones agresivas sino amistosas. Cerrar el puño, en cambio, es como preparar el cuerpo para la pelea, mostrar fuerza, eso sí, pero una fuerza que se reviste de un carácter agresivo. Con los puños cerrado se enfrenta a los otros; con la mano abierta se los convoca a una relación de amistad.
No dejemos que esta pandemia nos atemorice. No pasemos de la paz a la insinuación de la agresión. Yo me resisto a hacerlo y sigo ofreciendo la mano desarmada a las personas con que trato, porque no quiero abandonar ese símbolo de paz y amistad que la humanidad inventó hace miles de años.
Vía: http://www.opinionpi.com/detalle_articulo.php?id=1494