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Opinión

Tolerancia Crítica – Por: Allan Ortíz

Además de una necesaria definición de principios relacionados al debate y la introducción a diferentes formatos de debate competitivo…

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Tolerancia Crítica - Por Allan Ortíz

La reflexión sobre el significado de “tolerar” como la capacidad de“aguantar el juicio de otro”, cobra vigencia y relevancia ante las amenazas a la libertad de expresión.

En el año 2010 Juan Mamberti junto a Hernan Bonomo, publicaron en coautoría el libro “Tolerancia crítica y ciudadanía”, el cual se presentó con la intencionalidad de servir a la comunidad educativa latinoamericana como un recurso para el establecimiento y promoción de una cultura de debate, en principio competitivo, pero con una visión ambiciosa que aspiraba a la diseminación de principios deliberativos en diferentes esferas de la sociedad.

Además de una necesaria definición de principios relacionados al debate y la introducción a diferentes formatos de debate competitivo, el libro presenta como aporte principal la definición del concepto “Tolerancia crítica”. Esta definición, que si bien reviste el concepto de “Tolerancia” de manera compuesta, busca más bien el retorno a las raíces de la mera intencionalidad del término.

De esta forma surge la reflexión etimológica de “Tolerancia”, cuyo protagonismo descansa en la actualidad desde la raíz griega “τάλαντον” (tálanton), que se refiere al equilibrio, balanza y/o armonía. Si bien, esta aproximación lingüística sería suficiente para satisfacer la aspiración democrática de la “Concordancia en la diferencia” contenida en el diálogo, también es oportuno reconocer que para Mamberti y Bonomo, dicho entendimiento sería insuficiente para una cultura de debate.

Mientras el diálogo en la tradición democrática buscaría la construcción armónica de nexos lógico-argumentativos entre postura diferentes, el debate pretende más bien el enfrentamiento entre ideas, no necesariamente opuestas pero sí distintas, para la resolución de acuerdos temporales que permitan la realización de la propuesta argumentativa que resulte favorecida tras la discusión.

De esta forma, a diferencia del diálogo en donde existen muy pocas invalidaciones argumentativas, el debate requiere de condiciones en las que tanto los participantes, como  las posturas, sean capaces de presentar argumentos mientras confrontan el escrutinio y la inconformidad relativa a cualquier otra postura que resulte distinta a la propia.

Así etimológicamente el concepto de “Tolerancia” acerca desde el latin un significado no solamente cercano, sino necesario para Mambertu y Bonomo, pues describe dicha raíz lingüística como la capacidad de “Cargar o aguantar”. De esta manera, el concepto de “Tolerancia crítica” puede ser entendido como una suerte de capacidad para “Aguantar (soportar) el juicio de otro”.

La intencionalidad que orbita en la definición de este concepto, no pretende otra cosa sino establecer como principio fundamental para el disfrute de la libertad de expresión, la responsabilidad compartida de permitirle a los demás manifestar su opinión e inconformidad, incluso si esto requiere de “soportar” el escrutinio o desaprobación de nuestra propia opinión personal.

Por otro lado, la relevancia y urgencia de la introducción de este concepto, descansa sobre las ahora cotidianas persecuciones y censuras, a las que las  opiniones de quienes no comparten interpretaciones predominantes o populares. El concepto de tolerancia crítica, nos invita a considerar y repensar, la madurez propia con respecto a la opinión de los demás, pero más importante aún nos invita y válida, a que de manera responsable nos apropiamos y defendamos de manera explícita, frontal y transparente, nuestros valores, consignas y agendas.