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Giran orden de captura contra ex jefe guerrillero por asesino atentado terrorista en Parque Central

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De los pocos casos en que el sistema judicial guatemalteco busca llevar a un guerrillero a la silla de los acusados, el pasado miércoles, fue girada la orden de captura en contra de Gustavo Meoño Brenner, sindicado de ser, como mínimo, de uno de los autores intelectuales del ataque terrorista perpetrado el cinco de septiembre de 1980, en la esquina de la 6ª Av. y 6ª calle, zona 1.
La explosión terrorista, de la cual el reconocer la autoría por la facción terrorista del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y de la cual fue uno de sus fundadores,  tardó algunos años, provocó la muerte de siete personas –entre estas un menor de edad- y decenas de heridos. En esa fecha fue el punto final de una serie de cinco atentados/ataques con cargas menores de explosivos en contra de propiedad privada.
La acción judicial contra Meoño Brenner, otrora, director de la “Fundación Rigoberta Menchú”, ha sido consecuencia tras ser declarado en rebeldía en el proceso judicial que se realiza en su contra por dichos actos terroristas y muerte, en un proceso iniciado a través de denuncia formal de parte de la Fundación Contra el Terrorismo (FCT).
El terrorista ataque fue planificado y ejecutado para amedrentar a los organizadores y población que se aprestaba a participar en una marcha contra la guerrilla y sus terroristas acciones de muerte y violación a los derechos humanos –término acuñado por la izquierda guatemalteca y mundial de última generación-. 
La autoría del hecho criminal pudo ser posible a través de una infidencia de parte del procesado, de quién se presume en la actualidad buscó “perderse” en un país sudamericano -Colombia probablemente dónde dejó buenos lazos y hoy es gobernado por otro terrorista-  al reconocer “con orgullo y tratando de maquillar la acción terrorista como un detalle que no amerita ser castigado”, en una entrevista realizada por un medio de comunicación social.
Según el jefe terrorista-guerrillero, la muerte y daños “no hubieran sido esos”, a no ser porque el reloj detonador se atrasó en su sistema operativo, es decir, “esperaban explotara en un horario más tempranero” y no a las 9:35 horas de ese fatídico día para sus víctimas.
Por muchos años, décadas, lejos de ser procesado judicialmente y sentenciado por su responsabilidad del acto terrorista y asesino, Meoño fue premiado en 2005, como director del Archivo Histórico de la antigua Policía Nacional, de donde, se ha señalado, sustrajo y manipuló información que después fue utilizada en contra de agentes del Estado que los combatieron, tanto contra los de sus filas armadas, colaboradores, cómplices, militantes y los infiltrados en la estructura gubernamental.
Parte de la información sustraída-manipulada por uno de los fundadores del EGP en 1968  –así se identificó en una “romántica” actividad asidua en 2017-  fue utilizada para justificar el llamado REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica y el Informe Memoria del Silencio de la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala) base para los manipulados Acuerdos de Paz, que les brindó carta blanca a “sus camaradas y cuadros” el beneficio de gozar de un estado de impunidad en plena burla al estado de Derecho vigente, al cual pretendieron destruir.En la otra cara de la moneda de “la labor” del terrorista Meoño, están las acciones dirigidas contra los que les vencieron en el campo de batalla e impidieron que instauraran un régimen comunista-socialista, hoy llamado “progresista”, con la complicidad de la clase política guatemalteca que ostentaba el poder en ese entonces, así como varios gobiernos y organismos extranjeros, uno, la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Por último y en poder del Ministerio Público y Fiscalía General de la Nación, se encuentra un listado con 80 nombres del grupo que operó, planificó y ejecutó ese atentado terrorista y otros más, pero, hasta la fecha, poco o nada se ha hecho en contra de los sindicados.Sobre este procedimiento judicial, la Asociación Víctimas Del Terrorismo (AVDT) a través de un comunicado, dio a conocer su posición, la cual calificó de satisfactoria y de esperanza, puesto que Meoño resulta ser uno de los varios jefes terroristas-guerrilleros, de una de las facciones que perpetró la mayoría de acciones violatorias a los derechos humanos de sus víctimas. “Asesinatos de líderes comunitarios, de líderes indígenas, empresarios; ataques terroristas en contra del país, secuestros”, el rosario de delitos de lesa humanidad del EGP, puntualiza en dicho pronunciamiento la organización.