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Israel protesta ante Suecia por quema de Torá frente a su embajada

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Israel protesta ante Suecia por quema de Torá frente a su embajada (2)

El hecho provocó indignación en Israel y grupos de judíos.

El presidente Isaac Herzog, calificó el acto como de “puro odio”.

Fallidas fueron las súplicas del presidente de Israel, Isaac Herzog, y de los principales rabinos que pidieron al gobierno de Suecia, detener la destrucción de obras sagradas bajo el argumento de una permisible “libertad de expresión”.

El pasado sábado 15, frente a la embajada de Israel, en Estocolmo, un sujeto identificado como Momika, realizó la quema de una Torá, un elemento fundamental en la religión judía. El punto en discusión y protesta lo ha sido, que dicha acción la realizó bajo la autorización de las autoridades policíacas suecas.

Las manifestaciones de desaprobación surgieron desde días antes, luego de conocerse de forma oficial sobre la autorización que la policía de Estocolmo, dio para una manifestación pública en las afueras de la embajada de Israel, y en la cual fueron informados respecto a que el objetivo era la quema de una Biblia Judía y otra Cristiana pero, aun así, el hecho se perpetró el pasado sábado 15 de junio de este año, 2023.

En efecto, la policía de Estocolmo autorizó dos semanas antes o atrás, la solicitud, presentada por un individuo para realizar dicha acción. Justificó su inquietud basado en que sería “una reunión simbólica por el bien de la libertad de expresión”. Similar acción se registró semanas antes en la misma ciudad, y fue perpetrada contra un ejemplar del Corán.

Aunque no había quedado claro si la persona planeaba quemar una copia de una Biblia Judía o bien, un rollo de la Torá, Herzog, condenó el permiso otorgado en Suecia, para quemar libros sagrados.

Herzog, a través de un comunicado de prensa, externó que cómo presidente del Estado de Israel, condeno por igual la quema del Corán, sagrado para los musulmanes de todo el mundo, y ahora estoy desconsolado porque el mismo destino le esperaba a la Biblia Judía, el libro eterno del pueblo judío.

“Permitir la desfiguración de textos sagrados no es un ejercicio de libertad de expresión, es una incitación flagrante y un acto de puro odio. El mundo entero debe unirse para condenar claramente este acto repulsivo”, refería el pronunciamiento presidencial israelí.

Dos semanas antes e invocando la libertad de expresión, igualmente la policía permitió se quemara una versión del Coran, frente a una mezquita en Estocolmo, después que un juzgado anuló la prohibición de no quemar el sagrado documento. Esto provocó que países como Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, convocaran a los embajadores suecos, para presentarles su protesta por el incidente de la quema del Corán.

El sitio de noticias Ynet, informó que el ministro de la Diáspora, Amichi Chikli, habría escrito a Tobias Billströn, ministro de Relaciones Exteriores sueco, para que ordenara la paralización de dicha quema. Este recibió por respuesta de parte del funcionario: “el gobierno sueco no está autorizado a infringir el derecho constitucional a la libertad de expresión de sus ciudadanos”.

Por aparte, el Primer Ministro Benjamin Netanyahú, dijo que “Israel vio muy severamente esta vergonzosa decisión de dañar el lugar santísimo del pueblo judío”.

En el caso del embajador de Israel en Suecia, Ziv Nevo Kulman, se habría pronunciado antes del suceso. Presentó a las autoridades suecas su consternación por el hecho de que Estocolmo, diera luz verde a tan irrespetuosa solicitud.

Al concierto de protestas se unió la del gran rabino Ashkenazi de Israel, David Lau, quien se conoció, envió una carta al Primer Ministro Sueco, Ulf Kristersson, una nota instándolo a detener la profanación, ya que la libertad de expresión no significa permitir todo y cualquier profanación de artículos judíos sagrados, eso no es libertad sino antisemitismo”.

En similar orden de ideas y planteamiento, se manifestó ante el Rey Carlos XVI de Suecia, Gustaf de Suecia, la gran rabino sefardi, Yitzhak Yosef, en solicitud que interviniera y condenara la intención, ya que existían antecedentes cuando quemaron una copia del Corán frente a una mezquita local.

Por último, la policía sueca reconoció que habría otorgado a Momika, el sujeto que solicitó la autorización, un permiso en línea con las protecciones de la liberta de expresión, pero, debido al curso de los acontecimientos, se abrió una investigación por “agitación contra un grupo étnico”, al comprobar que el requirente había quemado también páginas del libro sagrado islámico muy cerca de la mezquita más grande en Estocolmo.

EE.UU., se suma a la protesta

La enviada estadounidense Contra el Antisemitismo, Deborah Lipstadt, expresó sobre el tema que quemar una Torá en Estocolmo, como sucedió el sábado 15, “crearía un ambiente de miedo”, ya que grupos judíos y otros expresaron su indignación por la autorización de Suecia.

“Si bien Estados Unidos de América apoyan la libertad de expresión y el derecho a la reunión pacífica como elementos de la democracia, y el derecho a la libertad de religión o creencias para todos, tales actos crearán un ambiente que afectará la capacidad de los judíos y miembros de otros grupos religiosos minoritarios de ejercer libremente su derecho a la libertad de religión o creencias en Suecia”.

Expuso Lipstadt.