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La IA está de moda y se incorpora a productos, incluso a carritos de bebé
En la actual fiebre por la Inteligencia Artificial, observamos una tendencia preocupante: la inclusión de esta tecnología en productos cotidianos está elevando sus costos, a menudo sin abordar problemas significativos. Esta tendencia es especialmente notable en artículos que han demostrado eficacia durante décadas a través de la simplicidad.
La IA generativa está marcando una era de avances comparables a la llegada de Internet y la Web. Sin embargo, en este camino, numerosos fabricantes están incorporando la IA en sus dispositivos, no necesariamente para resolver problemas, sino como una etiqueta para justificar precios notoriamente más altos en comparación con modelos similares en su categoría.
Otros productos que utlizan la AI:
Un ejemplo destacado es el cepillo de dientes de Oral-B, que presume de ofrecer una “limpieza profesional y encías saludables con Inteligencia Artificial”. La IA, según la compañía, utiliza sensores de movimiento para “reconocer el estilo de cepillado y proporcionar retroalimentación en tiempo real”. Aunque otros cepillos ofrecen funciones similares, la necesidad de elevar el listón se refleja en la inclusión de tecnologías como Bluetooth y aplicaciones móviles, añadiendo complejidad innecesaria a tareas cotidianas. Este cepillo tiene un costo de 145 euros.
El Consumer Electronics Show (CES) más reciente exhibió numerosos ejemplos, como una almohada de DeRucci con IA integrada que ajusta su posición en respuesta a los ronquidos del usuario, con un precio de 980 dólares. También se presentó un carrito de bebé con IA de GlüxKind, capaz de analizar el entorno y alertar sobre posibles peligros, aunque su modo “manos libres” aún está en fase beta.
La inclusión de IA no se limita a los humanos, ya que ahora existen wearables para perros, como collares y comederos, que ajustan la cantidad de comida en función del ejercicio realizado. Asimismo, una puerta para gatos con IA se niega a abrirse si detecta que el felino intenta entrar con presas en la boca, y promete notificaciones emocionantes a través de una aplicación dedicada.
Estos ejemplos plantean preguntas cruciales sobre si la adopción generalizada de soluciones basadas en IA mejora realmente la calidad de vida o si caemos en la trampa del exceso y la moda.
Mientras algunos productos pueden tener su justificación, la tendencia de multiplicar los precios al agregar funciones de IA a productos esencialmente simples plantea dudas sobre la necesidad real de dicha tecnología en nuestra vida diaria.
** Con información de Xataka.com
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