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Las marchas contra la reforma judicial de Netanyahu mantienen el pulso en las calles

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Son quince sábados consecutivos en los que la ciudadanía sale a manifestarse contra el Gobierno israelí, a pesar de la reciente decisión del primer ministro de pausar el proceso legislativo de la reforma, que justificó su decisión para “evitar una guerra civil”.
A los miles de manifestantes que ondeaban banderas y pancartas en contra del Gobierno se les opuso un contingente, de aproximadamente 500 personas, liderado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, que formó una contramanifestación a favor de la reforma.
A través de una publicación en su perfil de Twitter, el exprimer ministro israelí, Yair Lapid, se mostró sorprendido ante la inédita contramanifestación y entro en un acalorado intercambio de tweets con Ben Gvir, de extrema derecha.
“Esta es una innovación histórica. ¡Muéstrame un caso en la Historia donde el Gobierno se manifiesta en contra de sus ciudadanos!”, escribió Lapid en la red social, a lo que el actual ministro de Seguridad Nacional respondió “No protestamos en contra, protestamos por”.
Aunque el mandatario anunció la congelación temporal del proceso para aprobar la medida, la reforma y su contestación en las calles sigue teniendo efectos adversos para el Gobierno. Tan solo el día de ayer, la renombrada agencia de calificación de riesgo Moody, bajo el estatus de la economía israelí de “positiva” a “estable”. El cambio se dio por la “incertidumbre económica que genera la polémica reforma”.
Sin embargo, a través de un comunicado conjunto, Netanyahu y su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, refutaron las preocupaciones expuestas por la agencia. “La preocupación que plantean los analistas de Moody’s sobre la reforma y su efecto en la estabilidad política y económica de Israel es natural para aquellos que no conocen la fuerza de la sociedad israelí”, expusieron ambos funcionarios en su comunicado difundido en medios locales.
La reforma judicial que propone el gobierno de Netanyahu le daría al poder ejecutivo la facultad de decidir sobre los nombramientos de los jueces del sistema israelí, además, le permitiría al parlamento, con mayoría favorable para Netanyahu, revertir decisiones de la Corte Suprema.
Las movilizaciones contra la reforma de Netanyahu y de uno de los Gobiernos más conservadores y extremistas de la historia del país empezaron el 7 de enero de este año con una asistencia de unas 20,000 personas en Tel Aviv, según reportó el medio local Haaretz. La cifra se quedaría pequeña al compararla con la envergadura que tomaron las protestas en las semanas venideras.
Desde ese primer sábado de enero, las manifestaciones se repitieron cada sábado con una asistencia creciente: el 21 de enero, la protesta en Tel Aviv superó los 100,000 asistentes por primera vez, con decenas de miles más saliendo a las calles en otras ciudades como Jerusalén. A partir de esa fecha, las movilizaciones no bajarían de esa cifra.
Un punto de inflexión fue el 11 de marzo: más de medio millón de israelíes protestó contra el Gobierno de Netanyahu, en una de las mayores movilizaciones de la historia del país. La proeza se repitió el 25 de marzo: medios locales sumaron más de 650,000 asistentes en todo el país. Desde entonces, las marchas perdieron algo de fuelle, pero mantienen el pulso en las calles con una afluencia todavía por encima del centenar de miles de personas.
Via: france 24