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Obispos, pueblo y presidente de Polonia declaran formalmente a Cristo como Rey
Polonia y su pueblo han formalmente reconocido a Jesucristo como su Rey en una ceremonia que contó con la participación de decenas de miles de personas.
El evento tuvo lugar el 19 de noviembre en la Iglesia de la Divina Misericordia en Cracovia, Polonia, un día antes de la festividad litúrgica de Cristo Rey. Durante la misa y la ceremonia, los obispos polacos expresaron su reconocimiento del reinado de Jesucristo, rindiéndose a su ley y encomendando a la nación a su guía y protección.
El presidente de Polonia, Andrzei Duda, se unió a miles de peregrinos en este acto trascendental que marcó el cierre del Jubileo Extraordinario de la Misericordia y conmemoró el 1.050 aniversario del cristianismo en Polonia.
La ceremonia no concluyó ese sábado, ya que la Conferencia Episcopal Polaca instó a todas las iglesias y parroquias a llevar a cabo el Acto Jubilar de Aceptación de Jesucristo como Rey y Señor al día siguiente, el 20 de noviembre.
El arzobispo Stanislaw Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, destacó la importancia de confiar en el reinado de Cristo en los asuntos nacionales. Hizo un llamado a que los gobernantes polacos ejerzan su poder con justicia y en conformidad con las leyes de Cristo Rey. Además, encomendó a toda Polonia a la misericordia de Cristo, especialmente aquellos que no siguen sus caminos.
La Conferencia Episcopal Polaca explicó que este acto tenía raíces en revelaciones privadas de la Sierva de Dios Rozalia Celakowna, una enfermera y mística de Cracovia. Según sus escritos, Jesús pedía este reconocimiento por parte de la nación polaca, con la condición de un abandono de los pecados y un retorno completo a Dios.
La declaración de la Conferencia Episcopal resaltó que el reconocimiento de Jesucristo como Rey tiene un significado salvífico. Aunque comprenden las amenazas temporales que enfrenta la nación, los obispos subrayaron que la pérdida de la salvación es infinitamente más grave, y el reconocimiento de Cristo como Rey debe ser el acto fundacional de fe para la nación.