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Perú, entre escenarios y trasfondos
político-económicos
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El Pleno del Congreso de Perú, dominado por partidos conservadores , autorizó el pasado 18 de mayo, con 70 votos a favor, 33 en contra y cuatro abstenciones, el ingreso de tropas estadounidenses a su territorio para realizar “actividades de cooperación” con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional peruanas. La resolución 4766 autoriza a que las tropas pueden quedarse en cualquier momento entre el 1 de junio y el 31 de diciembre de 2023.
Así lo reportó Nick Corbishley -a través de NakedCapitalism.com, y quién basado en otras publicaciones en torno a la más violenta crisis política que ha experimentado ese país en los últimos años y a partir de 2018.
A su criterio la intención real de la presencia de 700 efectivos militares estadounidenses en territorio peruano, y que se ha comentado en corrillos de la Casa Blanca, aunque fue gestionada por el presidente mexicano Manuel López Obrador, tendría por fondo instaurar o consolidar la intencionalidad que tuvo el Congreso peruano, al destituir el 7 de diciembre de 2022, al ex presidente de ese país, Pedro Castillo Terrones.
José Pedro Castillo Terrones, públicamente cuenta entre sus aliados al actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, el ex presidente Evo Morales y el mandatario mexicano, Manuel López Obrador, quien incluso llegó a ofrecerle asilo político y por ello nombrado Non Grato en Perú. Fue en el tercer intento por destituirlo, que finalmente lo lograron transcurridos 16 meses de su gestión, de la cual tomó posesión en julio de 2021, tras vencer en las urnas a Keiko Fujimori.
Castillo por ser “de la provincia o del interior”, cómo se le etiquetó, no contaba con poder en el Congreso y fracasó en vencer la oposición derechista que lo predominaba. Una rivalidad per se, al contar constitucionalmente este Organismos con el mecanismo de la Vacancia y el, en su calidad de presidente, con la del Cierre del Legislativo; esto gracias a su Constitución con esa figura impuesta por el ex dictador Alberto Fujimori, luego de su autoimpuesto golpe de Estado de 1992.
El Congreso declaró “la permanente incapacidad moral del presidente de la República, José Pedro Castillo Terrones, según lo establecido en el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución Política del Perú, concordante con el artículo 117 de la Carta Política, que facilita que tanto Congreso como el Presidente, puedan anular las facultades de poder del otro.
Durante los dieciséis meses de gobierno, Castillo Terrones, sumó en su contra siete investigaciones fiscales y una denuncia constitucional impulsada por el Ministerio Público. Durante ese lapso, junto al resto de los distintos miembros de sus gabinetes – cinco gabinetes y unos 80 ministros- cuestionó la labor de los funcionarios que lo investigaban e intentó frenarlos, de allí que no fuera sorpresivo su llamado a reformar el sistema de justicia.
Depuesto, el Legislativo peruano con 101 votos a favor -de los 87 requeridos- y cuatro en contra, y la ausencia de varios congresistas afines a Castillo Terrones, dio posesión a la Vicepresidenta, Dina Boluarte, gracias a declararse públicamente como su opositora, a pesar de ser militante del partido Perú Libre que lo llevó al poder. Antes de fungir como compañera de fórmula de Castillo Terrones, ocupó el cargo de ministra de Desarrollo e Inclusión Social hasta el 25 de noviembre.
Boluarte es la sexta jefa de Estado de Perú desde 2018 (Le precedieron el propio Castillo, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti).
El exmandatario había dado un mensaje a la Nación en el que disolvió constitucionalmente el Parlamento y anunció la reorganización el Poder Judicial y el Ministerio Público, lo cual generó descontento entre sus encargados, encabezados por la Fiscal de la República, Patricia Benavides Vargas, incluidas, las fuerzas armadas.
La exfigura presidencial de Perú Libre se encuentra recluido, actualmente, en el penal Barbadillo, en el distrito de Ate, por un plazo de 36 meses, al serle sumadas sindicaciones por organización criminal, tráfico de influencias y colusión agravada, que lo mantendrán en la cárcel por otros 36 meses.
En esta última acción judicial en su contra, fueron sumados a la sindicación la ex primera ministra Betssy Chávez; el exasesor de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y expremier Aníbal Torres; los exministros Roberto Sánchez y Willy Huerta, extitulares de las carteras de Comercio Exterior y Turismo y del Interior, respectivamente.
Sobre el ex mandatario pesan varias acusaciones de actos corrupción en su contra y miembros de su familia, En octubre pasado la fiscalía presentó una denuncia constitucional en su contra por supuestamente liderar “una organización criminal” para enriquecerse con contratos del Estado y obstruir las investigaciones.
En igual forma y desde el sector conservador, se planteaba el aumento de la delincuencia, el poco o inexistente control sobre los movimientos de fachada política, como Movadef, brazo político de la otrora organización guerrillera-terrorista Sendero Luminoso.
En 2023, todo esto originó que entre la opinión pública peruana, se llegara a considerar que los tres principales problemas que afectaban a la sociedad eran: la corrupción, la delincuencia y la situación económica del país. En igual forma, provocó que dentro de las bases de Perú Libre, perdiera simpatía y apoyo.
La crisis política y “el fantasma”
El temor entre varios analistas políticos, es que el personal militar estadounidense pueda unirse a los enfrentamientos que amenazan con resurgir. El gobierno de Boluarte, y el Congreso están tratando la llegada de las tropas estadounidenses como un evento perfectamente rutinario.
El secretario de la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interior, Desarrollo Alternativo y Lucha Contra las Drogas, Alfredo Azurín, se esforzó en asegurar que no hay planes de que EE.UU. instale una base militar en Perú y que la entrada de sus fuerzas “no afectarán la soberanía nacional”.
Perú se encuentra actualmente bajo el control de un gobierno no electo, que cuenta con un fuerte apoyo de Washington, pero un rechazo casi total del pueblo peruano. La represión de las protestas en el sur del país, por parte de las fuerzas de seguridad, son un respaldo al Congreso en su negativa a convocar nuevas elecciones en total desafío a la opinión pública, mientras la Corte Suprema del país ha dictado la criminalización de la protesta política.
Alfredo Jalife, analista geopolítico mexicano, plantea que el fondo del ejercicio militar, es para que no se olvide que Perú, alberga algunos minerales que el ejército de los EE. UU. ha identificado como estratégicamente importantes para los intereses de la seguridad nacional de su país, incluido el litio.
Expuso Jalife, que Perú, junto con Chile, es el único país de América del Sur que fue invitado a unirse a la Asociación Transpacífica, denominada luego como Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífica, después de que el ex presidente Donald Trump, retirara la participación de Estados Unidos.
¿Entreguismo o imposición?
Entre los rumores de un prototipo de golpe de Estado en Perú, y el nombramiento de Lisa Kenna, como embajadora estadounidense, los síntomas son ineludibles, afirmaron recientemente el historiador Vijay Prashad y el analista político-jurídico peruano, José Carlos Llerena Robles.
Lisa Kenna, es exasesora del exsecretario de Estado de EE. UU. Mike Pompeo; veterana de nueve años en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y funcionaria del secretario de Estado de EE. UU. en Irak. Justo antes de las elecciones, la embajadora Kenna difundió un video en el que habló de los estrechos lazos entre Estados Unidos y Perú, y de la necesidad de una transición pacífica de un presidente a otro. Conclusión: ejerció un papel directo en “la vacancia” de Castillo Terrones.
Kenna se reunió para abordar “temas de interés bilateral”con el entonces ministro de Defensa de Perú, Gustavo Bobbio Rosas, el 6 de diciembre, el día antes de que Pedro Castillo fuera destituido, sostuvieron Prashad y Llerena.
Castillo puede estar fuera de escena, pero la inestabilidad política sigue reinando en Perú. El gobierno y el Congreso de facto de Boluarte son ampliamente despreciados por el pueblo peruano. Según la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el 78% de los peruanos desaprueba la presidencia de Boluarte mientras que solo el 15% la aprueba. El Congreso es aún menos popular, con una tasa de desaprobación pública del 91%. El 41% cree que las protestas aumentarán mientras que el 26% cree que seguirán igual. Mientras tanto, el Congreso de Perú sigue bloqueando las elecciones generales.
Manolo De Los Santos, estadounidense proyectado en proyectos de comunicación y periodismo en países como Cuba, describió en People’s Dispatch, Castillo puede estar fuera de escena, pero la inestabilidad política sigue reinando en Perú.
“El gobierno y el Congreso de Boluarte, son despreciados por el pueblo peruano. La última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el 78% de los peruanos desaprueba la presidencia de Boluarte, mientras que solo el 15% la aprueba. El Congreso es más impopular con una desaprobación pública del 91%. El 41% cree que las protestas aumentarán mientras que el 26% cree que seguirán igual. Mientras tanto, el Congreso de Perú sigue bloqueando las elecciones generales”, puntualizó De Los Santos.
Tanto De Los Santos, como Prashad y Llerena, coinciden en que el interés de la Unión Europea y los EE. UU., en América Latin,a está aumentando a medida que se intensifica la carrera por el litio, el cobre, el cobalto y otros elementos esenciales para la llamada transición energética “limpia”, en una carrera contra China, la cual se las ha estado ganando con bastante facilidad, hasta ahora y en la cual, Perú, aparte de ser uno de sus socios mayores, gracias a Castillo Terrones, alberga el único puerto de América Latina administrado íntegramente por capital chino.
“Aunque Perú, puede forme parte del Triángulo de Litio (Bolivia, Argentina y Chile) cuenta con importantes depósitos del metal blanco, estimando que alberga los sextos depósitos más grandes de litio de roca dura del mundo, y es el segundo mayor productor mundial de cobre, zinc y plata, tres metales que también se espera desempeñen un papel importante en el apoyo a las tecnologías de energía renovable”, apunta De Los Santos.
En conclusión, hay mucho en juego en la forma en que Perú evoluciona políticamente, así como en las alianzas económicas y geopolíticas que forma, de allí la presencia de presión de las fuerzas estadounidenses en su territorio, teorizan los investigadores.