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Congreso aprueba Presupuesto 2024
En una sesión plenaria que transcurrió a una velocidad vertiginosa, el Congreso aprobó el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el año 2024, alcanzando la cifra de Q124 mil 880 millones. A pesar de los esfuerzos de la bancada Semilla, que presentó más de 130 enmiendas, ninguna de ellas logró ser aprobada, generando críticas y preocupaciones.
Desacuerdo y descontentos de algunos diputados
La diputada Ligia Hernández, representante de la bancada Semilla, expresó su descontento, destacando que las enmiendas buscaban corregir errores sustanciales en el presupuesto.
Durante la sesión, se evidenció la falta de debate y la lectura a medias de las enmiendas, según denunciaron varios diputados, incluyendo a Maynor Mejía Popol y Aníbal Rojas. Hernández criticó esta falta de atención a las propuestas de modificación, acusando a sus colegas de pasar el presupuesto “a como dé lugar” sin considerar adecuadamente las sugerencias de mejora.
En el transcurso de la lectura del Título III del presupuesto, el diputado Rojas resaltó las asignaciones a Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que recibirían una parte sustancial del erario público. A pesar de las numerosas enmiendas presentadas, solo las propuestas por los diputados oficialistas, liderados por Cándido Leal, obtuvieron la mayoría de votos.
Entre las enmiendas aprobadas se incluyó un aumento en el rubro destinado a los adultos mayores, así como la reubicación de partidas presupuestarias para los trabajadores de la salud. Estos cambios generaron reacciones divididas, y tras la aprobación, algunas personas celebraron prendiendo cohetillos y fuegos artificiales.
Crítica del presidente electo Bernardo Arévalo
La noche anterior a la aprobación, el presidente electo, Bernardo Arévalo, hizo pública su crítica al presupuesto, calificándolo como “absurdo, corrupto e ineficiente”. En un comunicado, Arévalo expresó su preocupación por el intento de un pequeño grupo de individuos en el Estado de aprobar un presupuesto que, según él, no refleja los deseos del pueblo, tal como se manifestaron en las urnas.