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Rechazada resolución de EE.UU. ante la ONU para una tregua en Gaza
La diplomacia internacional no logra un acuerdo para pedir unánimemente el fin de las hostilidades en Gaza. El organismo no logró aprobar este viernes 22 de marzo la resolución que pedía un alto el fuego “inmediato” en el enclave palestino, como parte de un acuerdo para la liberación de rehenes. El texto, presentado por el Gobierno de Estados Unidos, no fue avalado luego de que Rusia y China, países que tienen derecho al veto en el organismo, bloquearan la medida.
“Rusia y China deben dar explicaciones por esa sustracción, pero hay dos razones cínicas detrás de esos votos. Primero, Rusia y China todavía no condenan los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre (…) La segunda razón no solo es cínica, sino insignificante, simplemente que Rusia y China no quieren votar por una resolución que fue diseñada por Estados Unidos, porque prefieren vernos fracasar que ver a este Consejo tener éxito”, afirmó la embajadora de EE. UU., ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.
La resolución pedía un “alto el fuego inmediato y sostenido” que duraría aproximadamente seis semanas y permitiría la entrega de la urgentemente necesitada asistencia humanitaria. Toda la población de Gaza encara una situación de hambre, como remarcó el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, que actualmente puja por una tregua, en medio de su sexta gira por Medio Oriente desde que estalló la escalada del conflicto, hace más de cinco meses.
La propuesta de resolución votada este viernes fue un giro significativo en la política de Washington, ya que el pasado 20 de febrero la primera potencia, también con derecho a veto, bloqueó otro borrador ante el Consejo de Seguridad que hacía una petición similar y que fue impulsado por las naciones árabes.
Durante sus discursos, Moscú y Beijing señalaron que aunque un alto al fuego en Gaza es necesario, remarcaron sus principales razones detrás de su voto en contra: Rusia subrayó un presunto vacío en el texto que permitiría a Israel seguir adelante con su plan de incursión terrestre sobre Rafah y China dijo que el documento no expresaba claramente su oposición a dicha operación militar y que un acuerdo entre las partes debe estar sobre la mesa antes aprobar un cese al fuego.
Y es que aunque la aprobación de este tipo de medidas ante Naciones Unidas es relevante y establece un criterio de la comunidad internacional frente a un asunto crítico, su cumplimiento no está garantizado. De hecho, la historia demuestra que hay países que incumplen estas resoluciones, algunos de forma casi sistemática. Ese ha sido el caso, por ejemplo, de Corea del Norte, con resoluciones contra su programa nuclear.
En el marco de la actual guerra en Gaza, Israel ya se ha rehusado a cumplir resoluciones. Y aunque no ha sido aprobada ninguna referente al conflicto en el Consejo de Seguridad, sí ocurrió en la Asamblea General de la ONU el pasado octubre, cuando el organismo pidió una tregua en el enclave palestino. El Gobierno de Benjamin Netanyahu la rechazó enfáticamente y afirmó que no detendría las hostilidades hasta que Hamás sea erradicado y todos los rehenes sean puestos en libertad. Una postura que mantiene.
El embajador de Rusia ante el organismo, Vassily Nebenzia, aseguró que la resolución estaba extremadamente “politizada” y contenía una luz verde efectiva para que Israel montara una operación militar en Rafah. “Esto liberaría las manos de Israel y daría como resultado que toda Gaza y toda su población tuvieran que afrontar la destrucción, la devastación o la expulsión”, afirmó el representante de Moscú, que pidió una solución integral.
Momentos antes de la votación, Nebenzia aseguró que “en realidad el texto no pide un alto el fuego”, al señalar que el documento no incluía términos habituales en ese tipo de documentos, como “urgir a” o “demandar”. Y en, cambio, había optado por indicar que consideraba “imperativo” una pausa en las hostilidades.
Moscú recalcó la situación en Rafah. Esta ciudad en el extremo sur de Gaza, alberga alrededor de 1,7 millones de palestinos internamente desplazados, entre una población de 2,3 millones de personas. La comunidad internacional teme que una ofensiva en toda regla allí, donde las tropas israelíes ya atacan por aire, cause una magnitud aún mayor de víctimas mortales.
En más de cinco meses de la guerra en curso, han muerto al menos 32,070 gazatíes, la gran mayoría civiles, y miles de ellos niños, según las últimas cifras del Ministerio de Salud del enclave, emitidas el jueves 21 de marzo. Por su parte, el embajador chino, Zhang Jun, insistió en que debe ser acordada una tregua efectiva entre el Ejército israelí y Hamás antes de que una resolución al respecto sea aprobada ante la ONU. También se mostró en desacuerdo con la redacción del texto.
“Es ambiguo y no pide un alto el fuego inmediato ni da respuesta a cómo lograrlo en el corto plazo”, sostuvo el diplomático de Beijing, que además, aseveró, era “desequilibrado” y a favor de Israel. Asimismo, Zhang Jun reprochó el hecho de que Washington vetara el mes pasado la resolución previa que también pedía un alto al fuego. Pero ese no ha sido el único veto de EE. UU. sobre Gaza. El Gobierno de Joe Biden también frenó ante el Consejo de Seguridad otra resolución al respecto el pasado diciembre. Y en octubre, Washington uso su derecho al veto frente a un texto que urgía a “pausas humanitarias”.
A estas críticas también se sumó el embajador ruso. En referencia a la resolución del pasado febrero, Nebenzia recalcó que varios miembros no permanentes del Consejo de Seguridad habían redactado un documento, que calificó de equilibrado, y que, sin embargo, no fue aprobado. Pese a que no cuenta con el derecho a veto, Algeria fue la tercera nación, entre 15 miembros, que este viernes votó en contra de la resolución, argumentando motivos similares a los de Beijing y Moscú.
El hecho de presentar una resolución ante el Consejo de Seguridad para pedir un cese de hostilidades “inmediato”, cuando su gran aliado en Medio Oriente, Israel, se resiste, muestra actuales divergencias frente al conflicto por parte de los dos Gobiernos.
Aunque la embajadora de EE. UU. ante la ONU subrayó que la resolución fue debatida durante semanas por los miembros del organismo, su votación llegó justo pocos días después de que las conversaciones entre el presidente Joe Biden y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu no prosperaran para frenar el plan de una incursión terrestre en Rafah.
El martes 19 de marzo, Netanyahu destacó que en una conversación telefónica con Biden dejó “sumamente claro” que una ofensiva en toda regla en Rafah es “necesaria” para cumplir su declarado objetivo de “eliminar” a Hamás. Una postura que el Estado de mayoría judía mantiene. Durante el encuentro que mantuvieron este viernes Netanyahu y Blinken en Israel, el primero sostuvo que el Ejército entrará en Rafah con o sin el apoyo de Estados Unidos.
Entre los dos aliados surgen aparentes tensiones por este conflicto. Desde que el Ejército israelí inició su operación de represalia, Biden ha subrayado su “firme” respaldo a lo que la Administración de Netanyahu considera su “legítimo derecho de autodefensa”, pero en los últimos meses ha matizado su postura y ha subido el tono con llamados a pausar los ataques y permitir la entrada de elementos básicos para la supervivencia de los gazatíes.
Incluso, en su discurso del Estado de la Unión, el pasado 7 de marzo, el presidente estadounidense exigió al Gobierno israelí no utilizar la ayuda humanitaria como “moneda de cambio”. El aparente cambio de postura se produce en momentos en que los llamados de la comunidad internacional para frenar las hostilidades crecen, dado que la situación humanitaria empeora, con focos de hambruna, incluidas muertes de niños por desnutrición y deshidratación.
Biden también enfrenta presiones en su propio país, de cara a los comicios presidenciales del próximo 5 de noviembre, en los que busca la reelección. Algunos votantes inscritos como demócratas han expresado en las elecciones primarias su rechazo al papel de Washington en la guerra de Israel en Gaza.
De hecho, el voto protesta para exigir un alto el fuego permanente en Gaza fue uno de los protagonistas en la gran jornada de primarias del Supermartes en Estados Unidos, e hizo mella en las victorias del presidente Joe Biden en varios territorios, como Minnesota, bastión demócrata. Allí, una campaña impulsada por grupos progresistas para que los ciudadanos votaran en blanco como muestra de rechazo al apoyo estadounidense a Israel en la guerra, alcanzó un 19% de los votos.
No obstante, en medio de su actual gira por la región, que este viernes lo llevó a Israel, donde se reunió con Netanyahu, Blinken ha indicado que Estados Unidos mantiene su apoyo al Estado de mayoría judía en su “derecho a defenderse”. Pero recalcó que “es imperativo” proteger a los civiles gazatíes y brindarles asistencia humanitaria.
Blinken asegura que, independientemente de los esfuerzos para llevar alimentos al territorio gazatí, como el corredor marítimo desde Chipre, la mejor forma para la entrada de ayuda humanitaria es una tregua. Estados Unidos, sin embargo, se mantiene en su petición de una pausa provisional de los ataques y no aboga por un fin de la guerra en curso, una de las exigencias clave de Hamás para acceder a un nuevo acuerdo de tregua. Via: france 24