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Un endeble Gobierno de España sobrevive por un voto a su primera cruzada en el Congreso

La coalición de Gobierno de Pedro Sánchez en España no ha tenido tiempo para la luna de miel. Dos de los partidos que lo apoyaron para investirse como presidente el 16 de noviembre lo han hecho sufrir en su primera prueba de fuego en el Congreso de los Diputados, donde este miércoles se han aprobado, por un voto, dos Reales Decretos impulsados por el Ejecutivo y un tercero ha sido rechazado.
El revés ha llegado por parte de Podemos, quien fuera socio del Gobierno en la pasada legislatura, que rechazó el texto propuesto por el Ministerio de Trabajo, por una inconformidad en un artículo sobre las pensiones. El partido Junts, que representa la facción conservadora de los independentistas catalanes, arrinconó al Gobierno hasta el final, pero, tras un par de concesiones, se abstuvo en la votación e hizo posible la aprobación de las dos normas.
La votación telemática de los Reales Decretos comenzó a las 9:30 y se alargó hasta las 15:30, aunque el resultado solo se reveló al final del pleno extraordinario, minutos antes de las 18:00 (hora peninsular española). Uno los textos prosperó, el otro se hundió y el tercero quedó en el aire con un empate surreal. 171 síes y noes que sumieron al hemiciclo en un estupor inesperado.
Las cuentas no daban, faltaban los siete sufragios de Junts, que minutos después confesó su abstención en la votación de los tres decretos, tras una negociación in extremis con el Gobierno. El Ejecutivo accedió a ceder a la Administración regional catalana ―la Generalitat― las competencias sobre inmigración, y asumió la totalidad del costo de los descuentos y las bonificaciones al transporte público, entre otras cosas. La abstención de Junts hubiese sido suficiente para aprobar el decreto que resultó en empate, pero el diputado de Sumar Gerardo Pisarello, confesó un error al emitir el sufragio, lo que igualó la contienda.
La votación se repitió sobre las 19:30. Pisarello votó bien y el decreto prosperó con 172 votos a favor y 171 votos en contra. Se trata de un documento que extiende a 2024 el paquete anticrisis creado por el Gobierno para palear la inflación derivada de la guerra en Ucrania y la sequía en España. La iniciativa incluye subsidios al precio de la cesta básica de alimentos, la energía y el transporte, así como otras medidas para aliviar el bolsillo de los españoles.
También por un voto de diferencia, fue aprobado el Real Decreto conocido como Omníbus por la pluralidad de sus temas. Entre otras cosas, reforma la función pública y la administración de justicia, un punto que había encendido las alarmas en los independentistas, que lo consideraban un riesgo para la aplicación de la Ley de Amnistía que se tramita en el Congreso, para beneficiar a los implicados en el referendo inconstitucional de 2017 que pretendió la declaración de la república catalana. Dentro de la negociación para la abstención, Junts logró que el Gobierno retirara el artículo 43 bis de la Ley de Enjuiciamiento civil, que podría entorpecer la amnistía.
Los votos en contra de los cinco diputados de Unidas Podemos hundieron el Real Decreto de trabajo y conciliación, que buscaba incorporar al ordenamiento jurídico nacional la normativa europea sobre conciliación y protección por desempleo, con medidas como un aumento al subsidio para los parados. Los diputados del ex socio del Gobierno rechazaron el texto porque incluía recortes a la base de cotización de los mayores de 52 años. Con este varapalo, Podemos ha demostrado que será quirúrgico a la hora de enmendar los proyectos progresistas para incluir sus posturas.
La tramitación de este Real Decreto es vital para el Gobierno porque condiciona la recepción de 10.000 millones de euros de fondos europeos. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha acusado a Podemos, con quien arrastra una rivalidad política, de cometer una “gravísima irresponsabilidad”. El texto volverá a manos del Ejecutivo, que deberá reformarlo, antes de un segundo intento en el Legislativo.
La coalición de gobierno progresista, conformada por las bancadas del PSOE y Sumar, cuenta con apenas 146 escaños en el Congreso, frente a los 169 diputados que reúne la oposición del Partido Popular (PP) y el ultraderechista Vox. Ante la inferioridad numérica, el Gobierno de Sánchez está obligado a convertir su legislatura en un diálogo permanente con los otros cinco grupos parlamentarios para alcanzar los 176 apoyos que le aseguren una mayoría simple en el Congreso.
Pero los independentistas quieren convertir cada votación en el Congreso en una oportunidad para llevarse una rebanada del pastel. “No daremos nuestros votos a cambio de nada”, ha resaltado la diputada Míriam Nogueras (Junts), durante la única intervención de su partido.
En el pleno extraordinario celebrado en el Senado, por reformas a la sede del Congreso, también se votaron las enmiendas a la Ley de Amnistía presentadas por el PP y Vox. Cuca Gamarra, secretaria general del PP, atacó a la amnistía que, en sus palabras, “ampara al golpismo político, los actos terroristas, la malversación y todos los actos de corrupción” de los implicados en el ‘procés’. Sin mayor escollo, las enmiendas del PP fueron desestimadas por el legislativo con 171 votos a favor y 178 en contra, mientras que el texto de Vox solo contó con los 33 votos de los diputados de ese partido.
El grupo de ultraderecha de Vox se ha posicionado a través del diputado José María Figaredo, quien ha recriminado al Gobierno sus negociaciones con los independentistas: “El grueso de estos tres reales decretos leyes no es más que el pago por esos asientos en los que están ustedes sentados. Es un pago a los separatistas que les han apoyado a ustedes para mantenerse en el Gobierno”, proclamó al tiempo que apuntaba con el índice a la bancada del PSOE.
El PP aprovechó sus intervenciones para dar un portazo a Sánchez que resonará durante toda la legislatura. Los populares no están dispuestos a negociar nada con el Gobierno, ya que Alberto Núñez-Feijóo, líder de la oposición, prefiere la estrategia a largo plazo de forzar una legislatura fallida para precipitar una convocatoria a elecciones.
La gobernabilidad en España pende de un hilo. Los proyectos que el Ejecutivo pretenda sacar adelante dependerán de las concesiones a Junts y las enmiendas de Podemos, que ha demostrado que no le tiembla la mano para frustrar los planes de quien hasta ayer fue su socio. La coalición de Gobierno aguanta la respiración de momento, pero parece poco probable soportar toda una legislatura de una sola inhalación.
Via: france 24