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Violencia y destrucción por persecución contra católicos en Asia

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Violencia y destrucción por persecución contra católicos en Asia

Dos focos de violencia se registran en dos países asiáticos, consecuencia del extremismo religioso contra minorías cristianas y cristianas católicas, los cuales en los últimos días y meses, ha acarreado una ola de destrucción y muerte en India y Pakistan.

En el Estado indú de Manipur (noreste de la India), la violencia, aunque iniciada hace tres meses, no fue conocida por el país y el mundo, sino fuera por los vídeos que fueron subidos a las redes sociales con imágenes de lo que acontece.

Mujeres cristianas católicas obligadas a caminar desnudas en la vía pública tras ser violadas sexualmente, mientras otras con menos suerte asesinadas; destrucción de iglesias, enfrentamientos armados y cadáveres esparcidos en las calles, resultan ser escenas del escenario que amenaza con convertirse en una guerra civil en ese Estado indú.

Aunque el punto toral del enfrentamiento en este caso, lo constituye una ancestral disputa territorial entre las comunidades Metei (hinduista) y Kuki-zo (cristiano católica), la violencia se originó tras una decisión gubernamental (pro hindú) de extender el territorio metei y obligó a los kukis a abandonar sus propiedades.

El 19 de julio se difundió por todo el país, un inquietante vídeo grabado el 4 de mayo en Kangpokpi. En este se observó a dos mujeres cristianas católicas, kuki-zo, exhibidas al ser violadas por hombres meitei y luego, obligadas a caminar desnudas en la vía pública.

La organización hindú, Puertas Abiertas Internacional (PAI), lamenta que aunque cientos de personas han muerto brutalmente y miles desplazadas perdiendo todo lo que tenían, no se habló de ello ni se actuó hasta que el vídeo se hizo viral en las redes sociales.

https://twitter.com/CatholicArena/status/1691747035106381898?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1691747035106381898%7Ctwgr%5Ee78feca523916c0bfefaf033e9acae84df8365f2%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.catholicarena.com%2Flatest%2Fpakistan10823

Para PAI, este vídeo llamó la atención del mundo y dio a conocer la realidad de lo que desató la ira pública en todo Manipur. Reportó que han muerto ya 124 personas, destruidos 4,500 edificios y viviendas, 400 iglesias meitei y kuki, mientras que 57,000 personas se han desplazado y/o refugiado en campamentos.

PAI advierte que la violencia de Manipur, se siente también en otros estados del noreste. La violencia contra la comunidad cristiana católica y la gente común, así como integrantes de diversas organizaciones, han originado protestas y concentraciones masivas a lo largo del país indio, para pedir el fin inmediato de la violencia y el restablecimiento de la paz en Manipur; aunque algunas han devenido en disturbios en un estado al borde de la guerra civil.

La organización advierte que Los crecientes ataques anti religiosos y la recopilación de datos sobre la Iglesia en el último año por parte del gobierno, hacen sospechar de una futura amenaza contra la religión cristiana y la imposición de una ley de conversión religiosa.

Se expande violento patrón

Bajo el señalamiento de haberse incurrido en “blasfemia” contra el Corán, supuestamente de parte de un ciudadano católico, el otro caso de la persecución contra la feligresía de la Iglesia Católica se registró en Pakistan, el pasado martes 15 del presente mes, en la ciudad de Faisalabad, región de Punjab.

Allí, una turba de musulmanes allanó las instalaciones de una de sus iglesias y destruyó con fuego gran parte de su estructura, entre esta, la Cruz; extrajeron papelería y biblias que lanzaron en la vía pública. El anárquico hecho no quedó allí, también incendiaron la casa de un católico, en un siniestro que afectó otros inmuebles vecinos.

El hecho resulta ser uno más de los actos de terrorismo, persecución y discriminación que vive por siempre la comunidad cristiana católica en dicho país; esta representa el dos por ciento de su población, junto a otra, la indú.

Entre los hechos de violencia a los que se ven sometidos de parte de grupos musulmanes con influencia económica, religiosa y política, se citan:

violaciones sexuales a niñas, matrimonios forzados por compra o por amenazas de muerte, reconversión al Islam, destrucción de sus viviendas y el vejamen público.

Recientemente y en dicha región se denunció, varias niñas fueron violadas públicamente, contradictoriamente, por un grupo de indués, tras ser forzados a reconvertirse, y cuya vejación no concluyó hasta hacerles recorrer desnudas en las calles.

El sacerdote Emmanuel Yousaf, director de la Comisión Católica Justicia y Paz en Pakistán, señala que el problema de violencia contra los jóvenes y familias completas de la comunidad católica se agudiza día con día, en las regiones de Punjab y Sindh, en donde ya es “cotidiano” la destrucción de bienes inmuebles y muebles, los secuestros de niñas para matrimonios y las conversiones forzadas.

Yousaf, indicó que “cuando un cristiano es acusado de blasfemia, lo que hacen es reunir a los musulmanes de las ciudades interesadas y vecinas para saquear las casas y prenderles fuego junto a la iglesia. Un factor oculto en esta violencia es la envidia, ya que creen que por ser católicos facilita el conseguir un visado para viajar al extranjero en poco tiempo, pero no es cierto. Dicen que pertenecemos a Europa porque somos cristianos.”

El sacerdote cuestiona la falta de condena de estos ataques por la sociedad occidental, que solo muestra cuán ciega se está volviendo y reacciona “positivamente”, ante la quema de un Corán en Suecia, y universalmente condenada por los líderes occidentales, mientras que los ataques contra verdaderos creyentes en Pakistán no lo son importantes para ellos. Ni siquiera se condenan las violaciones en grupo de niñas cristianas y exhibirlas frente a las cámaras.

En un informe presentado en el verano de 2022, al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, se evidenció que durante 2021, hubo 78 casos documentados y denunciados de jóvenes secuestradas en Pakistán, obligadas a convertirse al Islam y forzadas a contraer matrimonio. El informe fue elaborado por el Centro para la Justicia Social (CJS) de Lahore. El CJS también documentó 84 casos de persecución por presunta blasfemia, en el 2021.

A pesar de los intentos de aprobar leyes contra las conversiones forzadas, especialmente en las asambleas provinciales, los legisladores paquistaníes liberales no han podido hacerlo ni enmendar las leyes de matrimonio infantil de Pakistán, junto a la pasiva o cómplice actitud de indiferencia de las autoridades de seguridad, señala Samson Salamat, presidente del movimiento sociopolítico Rawadari Tehreek.

En 2022, se documentaron al menos 124 casos de conversiones de fe forzadas, según el CJS, con sede en Lahore; 81 hindúes, 42 cristianos y un sikh. Sorprendentemente, el 23% de las niñas tenían menos de 14 años y el 36% tenían entre 14 y 18 años. Solo el 12% de las víctimas eran adultos, mientras que no se informó la edad del 28 por ciento de las víctimas.