Turismo
Tikal: el corazón de la selva que todo viajero debe explorar al menos una vez en la vida
¿Buscas un destino que te deje sin aliento. Tikal es más que ruinas: es un encuentro con la selva, los mayas y el alma de Guatemala. Aquí, cada amanecer desde un templo es un recuerdo para toda la vida.

¿Te imaginas caminar entre templos mayas milenarios, con el eco de la selva como banda sonora y el sol asomando sobre la cúpula de la historia? Si buscas un destino donde el pasado y la naturaleza se abrazan con majestuosidad, el Parque Nacional Tikal te está esperando.
Ubicado en el departamento de Petén, al norte de Guatemala, este sitio arqueológico no es solo uno de los más importantes del mundo maya, sino un tesoro vivo declarado Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la Humanidad por la *UNESCO en 1979. Tikal es más que un viaje, es una experiencia que despierta todos los sentidos.
Más que ruinas, un viaje al alma de los mayas
Tikal no es una simple parada turística. Es un lugar que late con historia, misterio y biodiversidad. Con más de 5,000 estructuras prehispánicas repartidas en 576 kilómetros cuadrados de selva tropical, este antiguo centro ceremonial fue hogar de hasta 100,000 personas y capital de una de las civilizaciones más avanzadas de su tiempo.


Entre sus estructuras más emblemáticas destacan:
- Templo I o Gran Jaguar, ícono de Guatemala y guardián silencioso de los secretos del pasado.
- Templo IV, la estructura más alta de Tikal, desde donde puedes contemplar un amanecer mágico sobre la niebla de la selva.
- Templo II (de las Máscaras), el imponente Mundo Perdido, la Acrópolis Norte, juegos de pelota, pirámides gemelas, observatorios astronómicos y una red de senderos entre la selva espesa.
Una experiencia que lo tiene todo
Además de su riqueza arqueológica, Tikal es un paraíso natural. Entre sus árboles centenarios habitan monos aulladores, tucanes, pizotes, jaguares, serpientes y más de 300 especies de aves, lo que lo convierte en un sitio imperdible para los amantes del ecoturismo, el senderismo y la observación de fauna.
¿Buscas una experiencia aún más inmersiva? Puedes optar por:
Tour del amanecer o atardecer, desde el Templo IV, con vistas que cortan el aliento.
Camping dentro del parque, para dormir rodeado por los sonidos de la selva.
Trekking a El Mirador, la ciudad maya que guarda la pirámide más grande del mundo.
Tour combinado con Yaxhá, rodeado de lagunas, ideal para ver un atardecer inolvidable.
Precios accesibles para una experiencia sin comparación
Tikal ofrece precios justos para una experiencia única:
Guatemaltecos: Q25.00
Extranjeros: Q150.00
Actividades especiales (amanecer, atardecer, camping): desde Q10.00 a Q20.00


El parque abre sus puertas todos los días, de 6:00 a 18:00 horas, con horarios especiales para quienes quieran vivir momentos mágicos en la madrugada o al caer la noche.
Reconocido por el mundo
Tikal no pasa desapercibido en el mapa global. La revista Condé Nast Traveler lo incluyó en su lista de “Los 24 mejores lugares para visitar en 2024”, destacando a Guatemala como “el hogar de las ruinas mayas envueltas en la selva”.
Además, National Geographic y Lindblad Expeditions lanzaron itinerarios que conectan Belice con Tikal, atrayendo a exploradores de todo el mundo que buscan aventura, historia y conexión espiritual con la naturaleza.
¿Cómo llegar?
Desde la Ciudad de Guatemala se puede llegar vía aérea al Aeropuerto Internacional Mundo Maya en Flores. Desde ahí, un viaje de aproximadamente una hora te lleva al parque. También hay acceso por carretera para quienes buscan una experiencia más terrestre.
Cerca del parque, la región de Petén ofrece otros atractivos turísticos que complementan el viaje:
- La Isla de Flores, con su encanto pintoresco y vibrante vida nocturna frente al Lago Petén Itzá.
- Cuevas de Actún Kan, perfectas para quienes buscan aventura bajo tierra.
- Uaxactún, galardonado por la ONU como uno de los “Best Tourism Villages 2024”, símbolo de turismo sostenible.
- Ixpanpajul, un parque natural ideal para hacer canopy, cruzar puentes colgantes y observar fauna en su estado natural.


Tikal no solo se visita, se vive.
Es un lugar donde cada piedra tiene una historia, cada sendero un susurro antiguo y cada amanecer una conexión espiritual con el corazón de los mayas. Ya seas amante de la arqueología, la naturaleza o la aventura, Tikal te transforma.