fbpx
Conecta con nosotros

Mundo

La tragedia del sumergible Titan cumple el primer aniversario

Publicado hace

en

Ha pasado un año, pero las preguntas sobre la implosión del sumergible experimental Titan, de la empresa OceanGate, persisten.

El aparato que se dirigía a los restos del Titanic perdió el contacto y cinco días después las autoridades confirmaron que la embarcación había sido destruida y que todas las personas que iban a bordo habían muerto.

Por ello, la Guardia Costera de Estados Unidos convocó rápidamente una investigación de alto nivel sobre lo ocurrido. Entre los motivos de preocupación que llevaron a la investigación figuraban el diseño poco convencional del Titan y la decisión de su creador de renunciar a las comprobaciones independientes habituales.

De hecho, el Consejo de Seguridad del Transporte de Canadá publicó una actualización de la investigación que efectúa desde hace un año en la que constató que el Titan operó desde 2021 sin “estar registrado o certificado en Canadá o ningún otro país”.

El Servicio de Guardacostas de EE.UU. dijo que la investigación “sigue activa pero llevará más tiempo de lo esperado inicialmente” por su complejidad. La teoría dominante es que el casco de fibra de carbono del Titan había sufrido microfracturas en inmersiones previas que debilitaron la estructura hasta que cedió por las enormes presiones de la inmersión hacia el Titanic.

Pero un año después, y a la luz de las últimas declaraciones por parte de las autoridades sobre el accidente, no parece haber muchas conclusiones: Los investigadores “colaboran estrechamente con nuestros socios nacionales e internacionales para garantizar una comprensión exhaustiva del incidente”, declaró el Presidente de la Junta de Investigación Marina, Jason Neubauer.

Describió la pesquisa como un “esfuerzo complejo y continuo”. No será hasta dentro de dos meses cuando se celebrará una audiencia pública para debatir unos resultados que, por ahora, no parecen arrojar pruebas concluyentes.

Un batiscafo único en su especie, construido en fibra de carbono y con capacidad para sumergirse a 4,000 metros de profundidad para poder observar los restos del Titanic. Eso es lo que vendía la empresa OceanGate para multimillonarios que quisieran experimentar una aventura al alcance de muy pocos.

Partiendo de Terranova en el buque de apoyo Polar Prince, la expedición se dirigió al lugar donde el Titanic se hundió. Dos días después, a las 9 de la mañana, el sumergible inició una inmersión hacia el icónico navío con cinco personas a bordo: el empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman, un estudiante de 19 años; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henri Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush, quien llevaba los mandos del Titan.

En una expedición que debía tener una duración de dos horas, aproximadamente 1 hora y 45 minutos después del inicio del descenso se perdió el contacto y se iniciaron las tareas de búsqueda y rescate.

La Marina estadounidense detectó entonces una señal acústica compatible con una implosión y transmitió esa información a los mandos que dirigen las tareas de búsqueda, que eran canadienses, puesto que la expedición partió de aguas canadienses.

Pero al determinarse que la señal no era definitiva siguieron las tareas de búsqueda. Cuatro días después, la Guardia Costera estadounidense amplía la zona de búsqueda, en momentos en que se cree que los niveles de oxígeno disponible en el submarino han alzado niveles críticos.

En ese momento, las tareas de rescate alcanzan repercusión internacional y están involucrados una flota de barcos y equipos especializados, incluido un sistema de salvamento de la Marina estadounidense capaz de recuperar embarcaciones del fondo del océano o el sumergible francés Victor 6000.

A la vez, se oyen más golpes y se reubican los equipos de los vehículos teledirigidos (ROV) para tratar de localizarlos, pero sin resultados. Más tarde las autoridades confirman que se trata de la parte exterior del submarino desaparecido.

Aunque OceanGate ha afirmado que no tiene previstos más exploraciones a las profundidades, ya han surgido empresas que confirman sus planes. En 2026, el empresario multimillonario del sector inmobiliario de Ohio, Larry Connor, quiere descender a 3,800 metros, hasta el lugar donde se encuentran los restos del Titanic.

"Quiero mostrar al mundo que, aunque el océano es muy poderoso, puede ser maravilloso y se puede disfrutar, además de transformar tu vida, si se hace de la forma apropiada", dijo Connor a 'The Wall Street Journal'.

Via: france 24

© 2024 Centra News | Todos los derechos reservados.